Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Mi médico y venerable maestro

09/05/2023

La masonería elige entre los preparados, al presidente, Venerable Maestro de la Logia cada año. Se valoran los méritos masónicos, capacidad intelectual o formación, representatividad social y las cualidades personales de quien va a presidir los trabajos durante el curso. En Palencia se optó por nuestro hermano Julio, después mi médico personal. Gran persona, cargado de bonhomía, austero y equilibrado, que piensa en la armonía y la imprescindible solidaridad de la Logia. Su padre, masón en Perú, al venir a España fue miembro de una Logia especial para mí, la logia Lautaro, descendiente de las llamadas Logias Lautarinas argentinas cuyos miembros, que no las logias ni la masonería, se implicaron en la independencia colonial. A ellas perteneció el General San Martín, con parientes entre nosotros; descendiente de Cervatos de la Cueza. Su casa paterna fue rehabilitada gracias a la generosidad de Eugenio Fontaneda al que nunca se le agradecerá lo suficiente. Para auspiciar la pertenencia del General a la masonería se regaló a la casa museo un mandil enmarcado que debe decorar la casa de Cervatos. A Julio, mi Venerable Maestro en Palencia, se le reconocieron recientemente los méritos de su padre en Lautaro y hoy admiro públicamente su labor como Venerable Maestro de Palencia y pido a la sociedad que exija a sus representantes en todos sus ámbitos, que caminen por la misma senda que Julio, la de los hombres cabales que en vocabulario de Feijoo y de todos, es la buena gente. Julio como médico, me curó de la gota, liberándome totalmente de los dolorosos mensajes artríticos con los que frecuentemente me saludaba, imposibilitándome caminar. A Julio le pido, en boca de Rafael Cadenas, Premio Cervantes, en su poemática de La Intemperie de 1977: Exactitudes aterradoras. Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mis palabras. Me poseen tanto como yo a ellas. Si no veo bien dime tú, tú que me conoces, mi mentira, señálame la impostura, restriégame la estafa, te lo agradeceré. Enloquezco por corresponderme. Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame, sacúdeme.  
Gracias Julio.