César Merino

César Merino


La mejor apuesta

20/03/2023

De la creciente insensibilidad hacia la vida humana es buen ejemplo la polémica desatada a raíz de la propuesta del vicepresidente de la Junta de Castilla y León. Ampliar las prestaciones que las mujeres embarazadas pueden recibir del sistema sanitario público, para que aquellas que voluntariamente lo deseen puedan acogerse a ellas, se trata de una saludable iniciativa que debería contar con un respaldo unánime. Sin embargo, si en el origen y fin de la medida no se oculta, tampoco, el deseo de reducir la cifra de abortos que se practican cada día, la cosa cambia. Entonces, la artillería mediática y política al servicio de lo que justamente puede llamarse 'cultura de la muerte', concentra todo su esfuerzo, durante varios días, en dañar el nombre de este señor y en manipular su propuesta, confundiendo a la opinión pública. Porque en realidad, no soportan a quienes no comulgamos con sus dogmas y deseamos el bien de los más indefensos. Resulta curioso constatar la furibunda reacción que ha provocado conocer que en la criatura a la que se niega el principal derecho, el derecho a vivir, hay un corazón que late. A tal punto ha llegado la respuesta a este sensato anuncio, que ya se han apresurado a elevar a rango legal la prohibición de ofrecer alternativas e información a las mujeres que se plantean desistir de su embarazo. Y se habla de los movimientos provida como si se tratara de piquetes violentos, cuando en realidad son todo lo contrario, personas acogedoras y pacíficas, entregadas a una noble causa. Provoca vergüenza ajena leer y escuchar con qué cinismo se engaña a la gente. Capítulo aparte merecen el pronunciamiento de nuestro Tribunal Constitucional, olvidando su anterior doctrina sobre el reconocimiento y protección del nasciturus, y la de algún partido político, que ha acabado claudicando de su ideario, cediendo a los intereses de poder. En fin, allá ellos. De verdad, si acabar con el nuevo ser que lleva alguien en sus entrañas es algo inocuo, un trámite sin mayor importancia, ¿por qué molesta tanto que se muestre la realidad que esconde ese supuesto derecho? Mal que les pese a algunos, seguiremos proclamando, alto y claro, la alegría y la esperanza que traen consigo una nueva vida, bendita vida.