Jesús Fonseca

EL BLOC DEL GACETILLERO

Jesús Fonseca

Periodista


Banderas lejanas

28/01/2024

Desconocida por los propios españoles, como tantas cosas, la gesta de la conquista que llevó a cabo España en los Estados Unidos de América, supone un acontecimiento histórico sobre el que merece la pena detenerse. Es lo que hacen Fernando Martínez Lainez, periodista y escritor de fecunda trayectoria y Carlos Canales, riguroso historiador, con un ahínco que se agradece, en 'Banderas lejanas', de Edaf ediciones, con espectaculares ilustraciones y mapas. Durante más de 300 años, soldados, misioneros, aventureros al servicio de España, plantaron sus banderas en fuertes, poblados y ciudades, repartidas por América del Norte, desde los límites de México hasta la frontera canadiense y Alaska. Españoles fueron los primeros europeos que habitaron el Cañón del Colorado, cruzaron el río Mississippi, atravesaron las llanuras de Kansas, se internaron en los desiertos de Nevada y fundaron metrópolis tan importantes como Los Ángeles, Santa Fe o San Francisco. Mucho antes de que los Estados Unidos existieran como nación, España había conquistado el Far West. Desde Florida a California, las enseñas hispanas ondearon sobre un enorme territorio. Así es la historia y así debe ser contada. Martínez Lainez y Carlos Canales, consiguen ofrecer una panorámica de las más completas que se han realizado hasta ahora, de la sagacidad política y militar y los personajes legendarios que contribuyeron a la historia apasionante de unos hechos que forman parte de nuestra memoria histórica. Mucho antes de que la colonización anglosajona emprendiera eso que el cine de Hollywood llamó «La conquista del Oeste», los españoles ya estaban allí, mezclados con Apaches, Comanches, Chellenes, Navajos, Siux… y otras tribus, que alguna vez poblaron las praderas y bosques norteamericanos, antes de ser exterminadas por quiénes vendrían después, con una Biblia en la mano y un rifle en la otra y acabaron con ellos. Durante más de 300 años, España estuvo allí, aunque algunos hayan intentado –y muchas veces logrado– eliminar ese dato a toda costa, como muy bien señalan los presentes autores de este libro: «la presencia hispana en extensas zonas del actual territorio de Estados Unidos –Alaska incluida– solo acabó con la imposición de las armas, cuando España, tras la catastrófica guerra de la independencia contra la Francia napoleónica, era ya un viejo león herido y sin fuerzas». Es la relación poder-flaqueza la que equilibra la balanza de la historia, modifica las fronteras y acaba con los imperios; y el español, aunque fue el primero en extenderse por cinco continentes, no podía ser una excepción. Tres son las razones por las que 'Banderas lejanas' merece ser reconocido como un libro necesario: la primera, porque ofrece una visión coherente de ese proceso en un territorio inmenso y hostil, que se extiende desde Río Grande hasta las gélidas costas de Alaska. La segunda, porque arroja luz sobre el desconocimiento, tanto por parte de los Estados Unidos como de los españoles, de unos hechos que forjaron la existencia de la potencia que hoy gobierna el mundo. Pero la Historia la escriben los vencedores y España perdió. ¡Lástima! De no haber sido así, el mundo hoy sería otro.