Luis del Val

LA COLUMNA

Luis del Val

Periodista y escritor


Mentiras de mujer

02/06/2023

Este sábado tenemos comida familiar, y veré reunidas a mis cinco nietas. He pensado mucho en ellas, antes de ponerme a escribir esta columna, porque me han impresionado las consecuencias perversas que tienen las leyes mal redactadas, y cómo influye en los jueces esa irracionalidad que denominamos "políticamente correcto".

Un hombre y su pareja fueron condenados a 16 años de prisión, por haber abusado de la hijastra -16 años- con el consentimiento de la madre. ¡Terrible delito! El padrastro abusa de su hijastra -una menor- y, encima, tiene la complicidad de la madre. Repugnante. Vomitivo. Bueno, ahora el Tribunal Supremo ha anulado la condena. ¿Por qué? Por la evidente razón de que la sentencia fue dictada con el único consentimiento de la hija, que tenía, entonces, 16 años. Y esta menor, al cumplir su mayoría de edad, ha confesado que era falso, y que se le ocurrió arruinar la vida de su madre y de su padrastro, porque no le apetecía vivir con su madre.

Me he puesto a imaginarme a mí mismo como protagonista de esta historia. Tengo una nueva pareja, que tiene una hija de 16 años. Decidimos como pareja vivir juntos. Y, naturalmente, procuro llevarme muy bien con la hija de mi pareja, que pasa a ser mi hijastra. Y un día, un día maldito, me encuentro ante un juez, que me acusa de abusar de la menor con el consentimiento y la complicidad de mi nueva pareja, la madre de la aparente víctima. La madre lo niega, nunca ha visto nada. Yo, también. Pero basta el testimonio de la menor para que me condenen a 16 años de cárcel. Y a algo más: mi anterior familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo, mis vecinos, me observan como un monstruo repugnante.

Otra sentencia, anulada por el Tribunal Supremo, ha sido la que sufrió un hombre condenado a siete años de prisión, culpable de haber practicado agresiones sexuales continuadas en el ámbito del hogar. La única prueba fue la denuncia de su pareja. Ésta ya había sido condenada por falso testimonio, y sobre esa base se anuló la sentencia. La mentira de una mujer, o de una menor en vísperas de serlo, puede llevar a un hombre a la cárcel durante muchos años. En los países musulmanes, se mantiene la evidente injusticia de que sólo es necesario el testimonio de un hombre para anular el de dos mujeres. Aquí, en España, vamos camino de la injusticia de que la acusación de una mujer valga más que la de un hombre. Y pienso en mis nietas.