En poco más de un mes, el matrimonio nos ha dejado, primero fue ella, Solange, quien falleció y creo estar en lo cierto si les digo que Jacques, su esposo, ha seguido su mismo camino hacia el infinito, al poco tiempo, por la sencilla razón de que su cariño era tan grande que no quería vivir sin ella. Profunda historia de amor. Ocurrió en Francia, en la hermosa ciudad de Bourges, hermanada con la, no menos esplendorosa, Palencia. Podría volver a contar, ya lo hice en otra columna, cómo conocimos mi esposo y yo, gracias a Heliodoro Gallego, tan preocupado por la Cultura, a este matrimonio ejemplar. Nació una fuerte amistad y ellos vinieron a conocer Palencia y gran parte de sus caminos. Marcelino era buen guía pues siempre se dejó atrapar por la magia de la Castilla tan amada que conforman Palencia, sus villas y pueblos. Y seguirán, los tres, Marcelino, Solange y Jacques, hablando entre ellos pues -en marzo y abril- emprendieron, casi juntos, viaje hacia las estrellas.
Menéndez Pidal no estaba de acuerdo con quienes sostenían que la más triste limitación que pesa sobre la vejez es el no disponer de un mañana y, añade tajante que, durante su juventud, comenzó a trabajar en varios proyectos que fueron abandonados y, «en cambio, en mi vejez, apremiado con la brevedad del plazo previsible pude llevar a cabo buena parte de los trabajos abandonados antes». Añade que la juventud es inconsciente. La juventud no se advierte como no advertimos el aire que respiramos o la luz que vemos. La vejez tiene una serie de cualidades espirituales que aparecen cuando las físicas comienzan a declinar. Se ve el problema de la vida y del destino humano de modo sintético. Y esa cualidad de síntesis es la gran creadora en arte, la gran impulsora de las investigaciones científicas, la que produce obras importantes en literatura y política.
La persona de edad, bien adaptada, percibe la vida como un todo, acepta sus propias modificaciones. Una mala adaptación supone reaccionar con pena o terror ante los cambios personales. La creatividad no declina con la edad. Gran número de personas realizaron sus trabajos en edad avanzada. Cervantes, Goya, Casals, Einstein, Neruda, Borges o Rubinstein. Juventud es tesoro divino. La vejez, no le va a la zaga.