Me quedo con esta reflexión de Jordi Alemany: «La verdadera esencia del liderazgo consiste en facilitar el camino a otros para que muestren todo su talento». Repasas como está el patio patrio y tiemblas. Pienso en Palencia, donde hasta el popular Refugio del Monte se cierra. Ojalá sea hasta nuevo concurso. La capital va a menos. El comercio no repunta. La inigualable calle Mayor está triste y sola. En la provincia solo algún pueblo pueda superarla por tesón y movimiento. Quienes ocupan posición de liderazgo sea en lo privado o lo público y me refiero más a este último, reflexionan sobre qué se hace para que su talento y el de su equipo vaya plegando alas cuando lo que nunca harían es cortar las alas a quienes destacan, sino que les enseñaría a volar más alto, pues tienen la responsabilidad de buscar lo mejor para su entorno, su grupo y por último para él/ella.  Pero si el líder es persona que gusta estar en primer plano incapaz de reconocer a inferiores por creer que le superan, eso no puede funcionar con normalidad puesto que distancia la relación entre compañeros.  Es algo frecuente que un líder utilice ese estilo para quitar del medio al que cree que le  hace sombra sabiendo que se equivoca;  suele ocurrir, que lo que era un buen equipo ya no  lo sea tanto. Un buen líder no ve a quien destaca como una amenaza, más bien se alegra de sus progresos. Pero en un mundo de miedos, es algo complicado cuando un inferior es más exitoso. No es fácil ser líder. Requiere labor titánica, dormir poco, no anteponer sus intereses al grupo, y tener tantas habilidades tanto en lo técnico como en lo profesional, pero también en lo humano; puntos en los que algunos fallan. El líder direcciona. Viene obligado a obtener colaboración voluntaria del grupo. Crea soluciones. Tiene visión amplia de futuro y salvo excepciones, solo verá la influencia positiva y el potencial de su equipo en el crecimiento de sus proyectos.  Sabe bien que su éxito se mide por el conocimiento de aquellos a los que lidera y Palencia necesita gente con ideas, agallas y energía  que la hagan salir del atolladero, porque en este asunto, nadie vendrá para ayudarnos.