Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Déficit de esperanza

20/02/2024

El planeta se enfrenta a retos existenciales, pero la comunidad mundial ahora globalizada, en vez de conciliarse, está cada día más fragmentada. Precisamente, hace unos días el titular de la ONU señaló que la comunidad internacional debe reforzar la arquitectura global de paz y seguridad para hacer frente a los desafíos reinantes. Es más, llegó a afirmar que «si los países cumplieran las obligaciones que les impone la Carta de la ONU, todas las personas de la tierra vivirían en paz». 
Ciertamente, por desgracia, los gobiernos de todas las latitudes suelen hacer caso omiso de estos compromisos y millones de civiles están pagando un precio terrible, con cifras récord de personas muertas o que son obligadas a huir.
Indudablemente, promoviendo una agenda de globalización justa centrada en los derechos fundamentales, unido a un trabajo decente, con el aval de la protección social y el diálogo permanente, mejoraríamos los ambientes. Quizás sea saludable, por consiguiente, repensar estilos nuevos de vida. A mi juicio, tenemos que salir de esta atmósfera de apariencias, de cultos engañosos y de culturas necias, fomentando la alegría de coexistir, desviviéndonos entre sí por los demás. Esto es lo que nos hace más humanos y también más enérgicos. Abandonemos las cadenas que nos oprimen, protejamos horizontes libres. Lo que no es de recibo, por tanto, es negar la concordia que nos une desde el origen; y, por ello, tenemos que ser más honestos. 
La honradez, quizás sea el primer precepto de la amistad, lo que conlleva un camino en rectitud de juego limpio, con un horizonte de sueños al alcance humanitario del bien colectivo. Sin embargo, tenemos un déficit de esperanza. Cuesta creerlo, pero es así, y aunque hayamos alcanzado niveles de desarrollo verdaderamente ventajosos, el panorama de las desigualdades y el volcán de los conflictos nos están deshumanizando por completo, con hechos verdaderamente crueles e inhumanos. 
En consecuencia, tampoco me extraña que cada vez haya más partidarios de crear una Coalición Mundial por la Justicia Social de universal alcance. Sin duda, hemos de centrarlo todo en la ciudadanía y sustentarlo en los derechos, con las recíprocas obligaciones.