Jose Luis Ibarlucea

Jose Luis Ibarlucea


Centauros

24/03/2023

El runrún de los procesos electorales está en el ambiente, los partidos políticos se afanan en despertarnos de la indiferencia y el aburrimiento de la propaganda interesada: centrada en promesas de felicidad o bienestar y no de realidad o verdad;  aumentando nuestro cabreo. Pero los centauros, representantes de la irracionalidad y la fuerza bruta, han llegado y su proceder ha sido profetizado por dos autores distópicos: G. Orwell y Aldous Huxley. En su obra, 1984, Orwell proyecta en el futuro un presente que incluía el estalinismo y un pasado inmediato que había contemplado la aparición del nazismo. Por el contrario, la obra de Huxley, Un mundo feliz, se publica en 1931 antes de que Stalin y Hitler lleguen al poder, por eso profetizan cosas distintas. Orwell piensa que seremos sometidos por una fuerza exterior a nosotros, por el contrario, Huxley no cree necesario un Hermano Mayor para justificar que los ciudadanos no tengan autonomía, madurez e historia, pues cree que el ciudadano llegará a amar la opresión y las técnicas que hacen imposible la reflexión. Si Orwell sospechaba que se prohibiesen los libros, Huxley temía que no hubiera razón alguna para prohibirlos, porque nadie querría leerlos. Orwell recelaba de la falta de transparencia en la información, mientras que Huxley temía a aquellos que nos dieran tanta, que nos hicieran pasivos e indiferentes. A Orwell le asustaba que nuestra cultura fuese una cultura secuestrada, mientras que a Huxley le sobrecogía que nuestra cultura fuese algo trivial, preocupada sólo por sensaciones . Orwell pensaba que debíamos estar con los ojos abiertos para combatir la tiranía mientras que Huxley pensaba que los liberales fracasaron por no tener en cuenta el insaciable apetito del ser humano por las diversiones. Orwell estaba seguro que el ciudadano podía ser controlado infringiéndole dolor, mientras que Huxley creía que era mediante el placer como se le podía controlar. Es decir, los instrumentos de sometimiento son el castigo o la satisfacción. Parece que Huxley se acercó más a la sociedad actual. La invasión de los centauros es un hecho, ahora tenemos que estar atentos y decidir, si dejamos que rapten nuestra libertad o luchamos por ella.

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