Son las que se producen en todos los ámbitos, cuando el llamado bienestar social quiebra en todas las estructuras públicas y privadas, quedando en ruina cualquier infraestructura que no cumple con la más mínima confianza de los ciudadanos, o cuando los medios de transporte: terrestres, aéreos, o marítimos, penosos e insalubres, carecen de normas higiénicas, predominando el abandono de las personas al socaire de la injusticia, la desatención y el abandono. Se producen políticas insociales, cuando los gobiernos son incapaces de ejercer un control sobre los mercados, y los precios de consumo se disparan de manera desajustada, creando el caos entre la población más sensible y vulnerable, abocándola a la pobreza rotunda. Son políticas inhumanas, las que consienten que cualquier grupo financiero, humille a familias sencillas a través cargas inasumibles, y aplicando cláusulas leoninas, donde el abuso de poder se cierne sobre la víctima hasta quedarla en la ruina moral, psicológica y económica. Se conciben las políticas insociales e inhumanas, cuando se permite la febril agitación de deshumanización, cuya procedencia viene de los ilícitos sociales, negando los derechos adquiridos en los trabajos, o se consiente la corrupción política, religiosa y económica, junto al enriquecimiento ilícito llevado a término por múltiples estamentos, originando un decepcionante comportamiento de las democracias y las políticas de las naciones.  Consecuencia de los resultados de tales políticas misántropas, es el desarrollo de la demagogia en todos los estratos sociales, el abandono de los desventurados: los indigentes, los necesitados, y los desamparados, todos ellos oprimidos por sus escasos recursos y desdichados reconocimientos y olvidados derechos. Las políticas que consienten que el submundo empresarial prolifere ofreciendo condiciones laborales precarias, y asista impávido al clamor de salarios justos y seguridad en el empleo, son políticas inhumanas. Las políticas que admiten que los puestos de mando en las instituciones, o centros docentes, sean ocupados por quienes deben estar sujetos a seguimiento psicológico, por el acoso que ejercen a trabajadores y alumnos, son políticas insociales e inhumanas.