Froilán de Lózar

La madeja

Froilán de Lózar


Parada en Autillo

12/05/2023

Desde una de las ventanas del Palacio de los Reinoso cualquiera puede pintar un bello cuadro. Paqui lo vio enseguida. Nos encontramos en Autillo, un pequeño pueblo de Tierra de Campos, cuyas primeras referencias documentales datan del año 1059, cuando aparece como cabecera de un alfoz en un documento del rey Fernando I el Magno. Allí cambio impresiones con su alcalde, Ángel Castro Asensio. Casualmente, su hermano, Jesús María Castro, nacido en Autillo en 1948, fue alcalde de Aguilar en dos legislaturas, entre 1979 y 1995 y senador por Palencia entre 1993 y 2000, uno de los políticos más activos de nuestra provincia. Es curioso cómo se hilvanan las historias, como se engarzan las vidas, todo lo que nos une con este pueblo de reyes al que nos ha llevado una pintora salmantina, Francisca González del Castillo, que expone su trabajo hasta el día 22 de mayo en este local cedido al ayuntamiento, que no hace mucho tiempo se encontraba en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra, mansión en otro tiempo del mayordomo de Doña Berenguela, Gonzalo Ruiz Girón, señor de Frechilla, que servirá de refugio a la reina regente, Berenguela I de Castilla. Invitado para que acompañara los trabajos de Paqui y Herminio Revilla con algunas canciones, pensé en la carta que alguien escribe para que su mentor le cuente historias de esta tierra, pensé en los versos del poeta castellano Gabriel y Galán. Aquel maestro de Frades de la Sierra, que se fue a los treinta y cinco años, explica en una de sus últimas cartas: «Mis paisanos, los salamanquinos, y lo mismo los extremeños, me quieren mucho, me miman. Yo también los quiero con toda mi alma y les hago coplas, que saben, mejor que yo, de memoria, porque las recitan en todas partes y hasta las oigo cantar diariamente a los gañanes en la arada». Aquel gran poeta va a mostrarnos en su breve peregrinaje por la vida, todos los ingredientes que Paqui, salmantina como él, lleva a su pintura; lo que canta en silencio aquella inmensa llanura, lo que atesora el pueblo en aquel Palacio que le fue donado, el cuadro que uno mentalmente se hace desde aquella sala mirando al horizonte. Todo invita a disfrutar en aquel digno marco de las obras de dos grandes artistas.