Javier San Segundo

Ajo, guindilla... y limón

Javier San Segundo


Servicio gourmet

22/04/2023

Me sigue extrañando profundamente. Y, conste en la primera línea, quiero transmitir mi más sincera enhorabuena a los organizadores del Salón Gourmets celebrado durante esta semana en Madrid. A los expositores, asistentes, personal de todo ámbito… a todos. Siete pabellones completos de Ifema han conformado un escenario idílico para el hedonista gastronómico abarrotados de productos, productores, distribuidores, marcas, regiones, países… para el disfrute y el conocimiento. Pero hemos de tener en muy buena cuenta que todas esas extraordinarias y, multitud de ellas, novedosas viandas, cocinadas en tan vanguardistas maquinarias por la mano de tan excelsos cocineros, gestionadas por tan certeros equipos informáticos, servidas en tan sorprendentes vajillas y distribuidas y comercializadas por tan extensos equipos humanos han de ser servidas, recomendadas, ofrecidas por profesionales del servicio que estén a la altura de las mismas para que el círculo se cierre y la experiencia gourmet sea inolvidable en todos sus espectros. De ahí mi tímida decepción. Si parafraseamos al eminentemente estratosférico Ferrán Adriá en este contexto, «la próxima revolución está en la sala», y en un espacio donde la palabra gourmet es la reina absoluta del baile, considero que no dar cabida a un extremo tan importante y necesario, cuando cada vez elegimos más dónde y cómo gastamos nuestros ahorros, es dejar a su libre albedrío un agujero negro que en no pocas ocasiones absorbe la energía del plato a servir y ensombrece tantos eslabones previos en pos de un satisfactorio resultado final. Hoy, el ejemplo asoma al final. Afamadísima y premiada tortilla de patata en un céntrico local de la costa norte de nuestro país. Riquísimo pincho a más no poder. Sublime en cuanto a producto y elaboración. El comentario de todos los feligreses tortilleros no era otro que las desagradables contestaciones de la persona que atendía la barra. Y ese recuerdo nos quedó a todos. Una lástima. El camarero ha de ser reconocido en base a su profesionalidad y comenzar, de una vez por todas, a ocupar el lugar que merece. Insisto, excelencia mediante. Y eventos de tal relevancia son un foco propicio para ayudar en esta ardua cruzada. Aun así, enhorabuena, Salón Gourmets.