Sari Fedz. Perandones

Al revés

Sari Fedz. Perandones


‘Villa Sagrario’

21/04/2023

Cuando mi abuelo, Magín Perandones -hombre listo, emprendedor y serio, tanto como optimista y generoso- decía: «Esta casa no es para viejos» tenía razón. Había construido para su hija mayor una casa de ensueño, con su torre, sus arcadas y sus aleros que tanto recuerda a las casonas cántabras; su jardín y su pozo; y un porche trasero con frondosas enredaderas, donde estaba el columpio, el ciruelo y las malvas reales, todo lo que ha llenado tantas horas de mi niñez y la de mis siete hermanos. El proyecto lo realizó y dirigió Don Fernando de Unamuno, hijo del insigne escritor, con quien mi abuelo trabajó en varios proyectos. 
Yo nací en esa casa, cuando los niños nacían en casa. Recuerdo nuestra niñez con verdadera nostalgia y alegría: «La verdadera patria es la infancia», dijo el gran Rilke, y de eso estoy convencida. Aquella casa como una burbuja que se abría como una gran flor para dar acogida a tanta gente, tenía la escalera interna -clara y ámbar- más bonita, elegante y esbelta que yo haya visto. 
Pero en 2005, mis padres decidieron salir de ella, para venirse al centro, porque ya se quedaron solos. Despedimos nuestro hogar, hijos, nietos y algún biznieto, en una Navidad inolvidable. Somos aves de paso y todo se acaba, pero su recuerdo imborrable es el de una Arcadia feliz que construyó nuestra identidad, ese agua de un pozo del que se tira en los momentos difíciles de la vida.
Ahora ha pasado a manos de otras personas a las que no conocemos y que ya están reformándola, lógicamente. Hoy les quiero decir a los nuevos dueños, desde el cariño, que espero que conserven su esencia, y ¡Ojo!...en esa casa aún habitan las musas que cantan los maravillosos versos de mi padre. Habita la alegría de una familia que lo celebró todo: aniversarios, comuniones y bautizos, guateques y reuniones de poetas, bienvenidas y conciertos –Los Beatles aún suenan en la torre de los pájaros y entre las ramas de los árboles- 'Villa Sagrario' fue ese espacio ético y sentimental que se construye en el hogar, desde el más humilde hasta el más rumboso. Por ello, les digo: Disfrútenla, ámenla y sean felices en tan bella morada. No le hagan llorar a ella, que siendo nuestro hogar, nos lo dio todo. Gracias abuelo. 

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