Juanma Terceño

El hecho gastronómico

Juanma Terceño


'Influencers' de buffets

22/05/2024

Somos un país en el que siempre ha habido más interés, a niveles generales, en ponerse como el Kiko que en disfrutar de los más excelentes bocados. Una amplia mayoría de españoles se pueden considerar más triperos que gastrónomos. Aún sigue vivo aunque ya mucho más aparado aquel mito del restaurante más elitista, del que siempre había comentarios de «te ponen en un plato grandísimo una porción minúscula» o «pagas un dineral para quedarte con hambre», generalmente pronunciados por quienes nunca habían estado en ese tipo de restaurantes, en los que la suma de muchas opciones minúsculas completa una comida, lo que ya todo el mundo conoce, un menú        degustación.
Hoy en día hay un universo de influencers en las redes sociales, todos aspirantes a viralizar sus vídeos, casi todos iguales, que parecen salidos de un clon de reportero de aquellos programas en directo de las televisiones en la pasada década (hasta andan igual y hablan en el mismo tono), que inundan nuestras pantallas con contenidos de sitios donde se puede comer mucho por poco dinero, de aquellos locales donde las tapas gratis son más generosas, o de los buffets más grandes y baratos de las ciudades. 
Influencers de gastronomía, supuestamente, algunos incluso invitados a participar en ponencias  y congresos, cuyos máximos conocimientos e interés en la gastronomía es que saben distinguir cuchara de tenedor. Como aquel que se sorprendió muchísimo comiendo un pulled pork, porque pensabe que era carne de cerdo y no lo que estaba comiendo... y tiene cientos de miles de seguidores en redes. 
Pero, al parecer, es más atrayente el pringarse manos y cara con salsas y grasas del bocado a una hamburguesa rebosante de calorías y colesterol que la elegancia del mordisco a una buena gamba, anchoa o sardina.
Y, si de mayores quieren triunfar como influencers en esto, no olviden las caras que hay que poner; en cuanto noten el ingrediente en la boca la expresión tiene que parecerse lo máximo a una mezcla entre darse cuenta de haber ganado el gran premio de lotería y tener un orgasmo, con cierta discreción, eso sí, por favor, que estarán en un lugar público y les estarán grabando.
Qué bueno sería si Ojete Calor les dedicara la letra de una canción...