Fernando Martín Aduriz

Dirección única

Fernando Martín Aduriz


Éramos otros

05/05/2023

Cuenta Trapiello en su último Diario, recién aparecido estos días, que cuando alguien expresa que se siente joven suele ser señal inicial de vejez. Y el título que ha escogido para la última entrega de su Salón de pasos perdidos, es precisamente algo decisivo al mirar el ayer: éramos otros. 
Ciertamente rememorar los instantes pasados, los viajes, los amores, los desencuentros con los otros, es tanto como verificar que éramos nosotros, claro, pero en realidad eran eso, otros. Indagar en las razones que tenían para saber muy bien comportarse muy mal, y viceversa, es algo que es fruto de las conversaciones habituales de amigos, intratables en lo relativo a recordarnos lo que tanto trabajo nos costó olvidar, y enfrentarnos así a la desnuda verdad.
Lo que caracteriza a los apasionados por la verdad, cual Andrés Trapiello y sus Diarios, (lo que no deja de dar quebraderos de cabeza a quien osa seguir esa política tal y como advierte Lichtenberg en su famoso aforismo del chamuscar barbas), o cual psicoanalista bien orientado, es la enseña de Tomasi de Lampedusa, quien aclaró en El Gatopardo que se puede cambiar, claro, y mucho, por supuesto, pero para que todo siga igual. Se puede ser otro para continuar siendo el mismo. Es un aviso para incautos que desconocen la fuerza del semblante y del trampantojo, las potentes resistencias a ser otro. 
Aunque se sepa con Platón que panta rei, que todo cambia y fluye, es poderosa la atracción por el pasado, por navegar en la nostalgia, por repetir viejas consignas, por vivir en la repetición y el plagio de uno mismo. 
Ocurre que es más sano y tiene mejor vejez, más versátil año sabático, volver la vista atrás y ver la senda que nunca se ha de volver a pisar.

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