Cerrateños en el Granada en Primera División

Fernando Pastor
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Al menos tres cerrateños jugaron en el Granada en Primera División: Ulpiano Urdiales, Mariano Santos y José Luis Martín (por orden cronológico).

Cerrateños en el Granada en Primera División

El pasado fin de semana comenzó la Liga de fútbol en Primera División, con el Granada como equipo que regresaba a la máxima categoría tras su ascenso. 

Al menos tres cerrateños jugaron en el Granada en Primera División: Ulpiano Urdiales, Mariano Santos y José Luis Martín (por orden cronológico).

Ulpiano Urdiales nació en Castrillo Tejeriego el 24 de julio de 1934. Su trayectoria profesional comienza en el Racing de Santander, en Segunda División, en 1957. En 1958 recala en el Granada, en Primera División, donde permanece otra temporada. Con posterioridad jugó en el Palencia, en el Cádiz (donde conoció a la sobrina del presidente, Milagros Márquez, casándose con ella) y de nuevo en el Palencia, ambos equipos en Segunda División. Su puesto: extremo izquierdo.

Tras retirarse del fútbol se instaló en Santander.

Sus seis hijos, Ulpiano, Alberto, Pablo, Marina, Santiago y Pablo, heredaron la afición por el deporte, jugando todos ellos al balonmano. Ulpiano, Alberto y Santiago jugaron en Primera División. 

Alberto fue quien más destacó. Jugó en el Atlético de Madrid, Portland San Antonio, Caja Cantabria y TEKA. En su palmarés figuran campeonatos y subcampeonatos de Liga, Copa, Supercopa, Copa de Europa, Recopa de Europa, World Cup Championship, Torneo Internacional 4 Naciones, etc. 

Fue internacional tanto junior como senior con la selección española, con la que fue uno de los mayores goleadores y logró dos medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta (1996) y Sidney (2000). Tras su retirada fue entrenador del TEKA y presidente de la Federación Cántabra de Balonmano.

Mariano Santos nació el 18 de octubre de 1941 en Cabezón de Pisuerga, aunque con tan solo dos años sus padres le llevaron a Salamanca, donde su padre, militar, fue destinado. 

La obsesión de su padre por que fuera miliar le llevó a matricularle en las academias militares de Valladolid y Zaragoza. En Valladolid jugó en el juvenil del Real Valladolid y en Zaragoza lo hizo en el Montañana CD (en categoría regional) y en el UD Amistad de Zaragoza (en Tercera División). Quiso ficharle el Zaragoza, pero su padre no estaba por la labor de que dejara los estudios y al no aprobar el último curso en la Academia Militar le hizo volver a Salamanca, jugando en el Salmantino (en 3ª División, filial del Salamanca).

Su padre fue cambiado de destino y eligió  otra ciudad con Universidad, para que sus hijos (no solo Mariano) no dejaran de estudiar: Granada.

Aquí Mariano se matriculó en Ciencias Exactas, pero la casualidad hizo que el fútbol volviera a cruzarse en su camino. Se encontró por la calle con Carvajal, jugador con el que había coincidido en el Salamanca, y se ofreció a hablar con el entrenador del Recreativo Granada (filial del Granada, en Tercera División) para ver si era posible que lo ficharan.

Comenzó a entrenar con el Recreativo, aunque aún no tenía ficha, y vivió una curiosa anécdota. Pretendió ir en el autobús con el equipo a un partido que disputaba fuera, y le dijeron, con el acento andaluz que pronuncia la c con el sonido de una s, que «el autobús sale a las dose en punto». Él entendió que la hora de partida era las dos en punto, pero era las doce en punto, así que cuando acudió al punto de partida el autobús hacía dos horas que había salido.

Finalmente le hicieron ficha y deslumbró (ya en su debut logró 3 goles en la victoria por 4-2 sobre el Almería) hasta tal punto que tras apenas una decena de partidos con el filial fue ascendido al primer equipo, al Granada CF, en el que permaneció 11 temporadas, desde la 1962/63 hasta la 1972/73, cinco de ellas en Segunda División y seis en Primera División. Allí compartió vestuario con figuran legendarias del fútbol, y él mismo ejerció de capitán.

Alternó en diversos puestos sobre el terreno de juego, pero su preferencia era el centro del campo.

Recuerda como anécdota que cuando se enfrentaban al Málaga la rivalidad provocaba que los aficionados de este equipo les tiraran boquerones. Pasieguito, su entrenador la última temporada en el club, le recomendó fichar por el Sabadell, y en este equipo colgó las botas tras militar la temporada 1973/74.

Su licenciatura en Ciencias Exactas (muy inusual en aquel entonces que los futbolistas tuvieran carrera universitaria) hizo que después del fútbol fuese durante 25 años profesor en la Universidad de Granada y ejerciera durante otros 20 de director del Banco Atlántico. También puso una tienda de material deportivo. Afincado en Granada, pertenece al Consejo Social del Granada CF, formado por algún exjugador, empresarios, exdirectivos… cuya finalidad es intercambiar información e ideas sobre aspectos deportivos y sociales del club. Para ello se reúnen  mensualmente con directivos del club.

Justo la temporada que se fue Mariano Santos le sucedió en el Granada otro cerrateño, José Luis Martín, de Dueñas. Comenzó a jugar en el equipo juvenil de su pueblo, en un campo de tierra, sin vallar, que en verano era utilizado por agosteros para tener sus trillos y en el que sobrevolaba a poca altura un tendido eléctrico con el que con frecuencia chocaba el balón y obligaba a detener los partidos, hasta que la Federación de Fútbol prohibió jugar allí por el peligro que entrañaba. 

Su primer equipo profesional fue el Palencia, en Tercera División,  y de ahí en 1973 dio el salto al Granada en Primera División, en el que estuvo en dos etapas (en medio, la Cultural Leonesa, en Segunda División, ya que tuvo que hacer el servicio militar en León). Jerez y Recreativo de Huelva fueron sus siguientes destinos, ambos en Segunda División, aunque con este último logró el ascenso y jugar en Primera División la temporada 1978/79, su tercer año en el equipo onubense.

Regresó al Palencia, con el que ascendió a Segunda División, jugando después en el Mirandés, en el Logroñés y de nuevo en el Palencia.

Tras colgar las botas entrenó al Palencia y dirigió diversas escuelas: una de Entrenadores, otra de Porteros y las de Fútbol de Villamuriel y de Dueñas.

También militó en el Granada en Primera División Luis Ángel del Barco, de Villamuriel de Cerrato, en la temporada 1973/1974, pero no llegó a debutar. 

Las dos temporadas siguientes continuó en el equipo nazarí, pero ya en Segunda División y con una cesión al Atlético Madrileño por estar haciendo el servicio militar.