Que Paredes de Nava es una de las localidades de la provincia con más solera en el mundo de la tauromaquia nadie lo pone en duda, pero de cara las fiestas patronales de este año, entre los días 8 y 12 de septiembre, el cartel taurino confeccionado por el Ayuntamiento que preside Luis Calderón está a la altura de las mejores ocasiones, contando este año con dos sedes, la plaza de toros y el coso de San Juan, para celebrar los Benditos Novillos 2023.

Los festejos comenzarán el 8 de septiembre, a partir de las 23 horas, con el toro de cajón o toro de las peñas, en el coso de San Juan. Espabilado, de 496 kilos y perteneciente a la ganadería de Torrestrella, dará rienda suelta a su poderío para quien quiera demostrar su valía. Posteriormente, habrá una suelta de dos vacas.

Al día siguiente y en la plaza de toros, a partir de las 23 horas, se celebrará el concurso de recortes con la participación de lo más granado del panorama nacional que deberán hacer frente a los novillos de la ganadería de Rocío de la Cámara. Los recortadores que estarán presentes en Paredes de Nava son Cristian Villegas, Baloteli, Guindi, Leguiche, Marcos Espí (campeón de Castellón), Javi Hernándiz (campeón de España), Rober Alegre (campeón de Logroño), Aitor Barragán, Daniel Fonseca, Oliver García, Adrián Lambas y Dany Alonso.

El domingo, 10 de septiembre, a partir de las 18 horas y en la plaza de toros, tendrá lugar una espectacular corrida de rejones en la que se lidiarán seis toros de la ganadería de Eladio Vegas para los rejoneadores (no rejoneros como apareció en la edición de ayer por culpa de los duendes de la informática) Roberto Armendáriz, Ferrán Martín y Francisco Martín.

Por último, el lunes 11, a partir de las 18 horas, se celebrará el encierro urbano en el coso de San Juan con cuatro novillos de la ganadería de Rocío de la Cámara. Posteriormente, habrá una suelta de dos vacas.

Según la información municipal, no hay noticias exactas del nacimiento de estas fiestas, por la documentación histórica con la que se cuenta en la actualidad, se sabe que en el siglo XV ya se «alanceaban toros», pues era una de las formas más comunes con las cuáles los concejos acogían o aclamaban la visita de monarcas y señores.

En otra época las corridas se celebraban en la plaza de Santa Eulalia, en la que se excavaba un foso y se hacia un corro de madera donde instalaban a los espectadores y se levantaba un tablado también de madera donde se colocaban las Autoridades. Los toros se traían a caballo y se introducían en la plaza. La lidia debía de consistir en perseguir a los toros a caballo lanzándoles lanzas y flechas hasta que morían. Varios siglos después comenzaron los encierros, para ello se encerraban los toros en el Corral de las Mulas (hoy cuartel de la Guardia Civil) y, a través de la calle la Mota, subían hasta la plaza del Mercado y Corro de los Toros, para por la calle de Ginios bajar otra vez al Corral de las Mulas. La particularidad de este encierro consistía en que los mozos podían repetirlo tantas veces consideraran necesario. A través del tiempo estas fiestas han ido adaptándose a la evolución de personas y medios.