Antonio Manrique Conde trabajó en la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Palencia de 1962 a 2012. Entró como botones y se jubiló como administrativo, tras ascender primero a ordenanza y más tarde a auxiliar  y a administrativo, después de recibir formación específica para ello y acumular una dilatada experiencia diaria. No se aburría cuando empezó, tampoco a medida que afrontaba los cambios y las adaptaciones que requerían los tiempos. Y, desde luego, no se aburre ahora que está jubilado. «Al principio, echaba de menos el trabajo, pero enseguida llené el día con ocupaciones», reconoce.

Y es que si su vida laboral se condensa en cinco décadas, su pertenencia y dedicación a la cofradía del Santo Sepulcro es todavía más larga. Nada más y nada menos que sesenta y nueve años lleva vinculado a ella, colaborando en todo lo que hace falta por el bien de la entidad. «Desde los siete años, en que mi padre me apuntó, he estado saliendo en todas las procesiones de Semana Santa hasta que desde hace un tiempo he reducido las salidas a tres o cuatro porque resulta cansado», explica.

«Además, desde que en 1960 se abrió la capilla de la cofradía, me encargo de ella», apostilla. Mantenerla limpia y en orden, comprar las formas y el vino para las misas, ayudar en estas -celebran una todos los sábados- y ocuparse de que la ropa del sacerdote esté limpia y los libros de la liturgia preparados para la eucaristía son sus funciones.

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