«Me ha admirado la devoción a la Virgen de los palentinos»

DP
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Nacido el 17 de enero de 1947, en 2022 tuvo que presentar su renuncia al ejercicio del ministerio episcopal, pero ha seguido en el cargo al que accedió en 2016 hasta la designación de un nuevo obispo, que tomará posesión el 20 de enero

«Me ha admirado la devoción a la Virgen de los palentinos» - Foto: Óscar Navarro

El 26 de abril de 2016, el agustino Manuel Herrero Fernández (17 de enero de 1947 en Serdio-Val de San Vicente, Cantabria), fue nombrado por el Papa Francisco obispo de Palencia  y el 18 de junio ordenado, iniciando así su ministerio episcopal en la sede palentina. El pasado 31 de octubre se conoció que el sacerdote Mikel Garciandía Goñi  (21 de marzo de 1964 en Etxarri Aranatz , Navarra), le relevará en el cargo, del que tomará posesión el 20 de enero.

En enero de 2022 presentó su renuncia al Papa puesto que cumplía los 75 años. Ahora, con un nuevo obispo designado, llega el retiro, ¿cómo lo vive?

Tendría cuerda, creo, para seguir más, pero la norma -el Código de Derecho Canónico- es esa y lo acepto.

Comenzó su ministerio episcopal en junio de 2016 y acaba después de unos siete años y medio de ejercicio, ¿qué  resumen-balance hace?

Uy, eso de hacer balance. Nadie es juez en causa propia. Hacer un balance de mi estancia aquí es muy difícil. Se lo dejo a Dios y a los palentinos. No me atrevo a hacerlo porque sería osado por mi parte.  Habré tenido aciertos y fallos, normal.  Lo que hay en la vida de todo ser humano.

¿Considera que la escasez de vocaciones y tener una curia envejecida es una situación reversible?

El futuro no está en nuestras manos, estará en las de Dios.  Intentamos hacer lo posible por que cambie. Pienso que será reversible, pero de otra manera distinta. Vocaciones ahora en Palencia no tenemos, pero  con el tiempo cambiará algo. Hemos intentado hacer con los Consejos de Pastoral y Presbiterial una especie de itinerario con la juventud para ver si florecen las vocaciones, pero un poco depende también de la familia, el ambiente... No me atrevo da decir cómo será.  Lo que sí que es verdad es que ahora están tomando más responsabilidades en las comunidades parroquiales los laicos al no haber vocaciones y los sacerdotes ser mayores -la media de edad son 72 años y algo-. Lógicamente, las comunidades tienen que seguir viviendo, pero de otra manera, no bajo la tutela de un cura sino confiando en ellos mismos y aceptando el servicio que prestan otros laicos.

También es verdad que la provincia  se va despoblando y con ello cambian las necesidades

Por descontado, pero la necesidad de acompañar a las comunidades cristianas, sean pequeñas o más grandes, es fundamental. El sacerdote en la comunidad  no debe ser en modo alguno el que lo haga todo, sino el que anime, el que ponga alma y lleve a los demás  a seguir el Evangelio. Y eso sí que se necesita siempre. En qué medida, es verdad que hay comunidades muy pequeñas, sobre todo en invierno, desde los Santos a mayo las hay en que no vive casi nadie, pero bueno, de todas maneras hay atenderlas, incluso aunque sea a distancia.

La vida contemplativa no atraviesa el mejor momento, con casos como el de Ampudia, donde se buscó una fórmula para su continuidad. ¿Qué futuro espera a estas comunidades?

Aquí en la diócesis hay trece comunidades y la situación es diversa en unas y otras. Por ejemplo, en La Trapa  de San Isidro,  tienen a veces vocaciones, gente que va a vivir experiencias, algunas fraguan, otras no, pero es la vida también. En las otras, que son comunidades femeninas, la situación es muy distinta de unas a otras. A veces no hay relevo.  

En el caso del monasterio de Alconada en Ampudia, fue una circunstancia especial y sí hubo que buscar  una  solución también especial.  Las religiosas que estaban allí, que eran cistercienses, querían ser un poco eremitas y seguir allí, pero no podían organizarse en modo alguno. Han dejado de pertenecer a la orden y hemos buscado esta salida de vírgenes consagradas. Ya había una en la diócesis y ahora son tres, porque una comunidad de dos tampoco era viable. 

También se han ido los hermanos Maristas, los Agustinos...

Son circunstancias de hoy que se dan en todas las comunidades. Van envejeciendo y, querámoslo o no, eso también afecta a la marcha. Pero las obras siguen y me parece importante. Por ejemplo, los Maristas,  que ahora están en Valladolid pero  el colegio sigue, con otras manos, que se han preocupado de sostener el espíritu de los Maristas. 

En varias ocasiones ha hablado de  dejar el patrimonio en las mejores condiciones a las futuras generaciones y se ha hecho todo lo posible por que así fuera

Se ha hecho un  esfuerzo grande por parte de la diócesis, comenzando por la catedral, donde avanza la segunda fase del proyecto del 1,5% Cultural, pero  también en las demás iglesias. Para ello hemos contado con ayuda  del Estado,  la Junta de Castilla y León, la  Diputación y los ayuntamientos. Es un  empeño nuestro conservar ese patrimonio y entregarlo en las mejores condiciones. Es un deber hacerlo. Es parte de nuestra vida y de nuestra historia y no debemos dejar que desaparezca.  Hemos creado también una institución nueva, la Fundación Nartex, que la idea es que asuma todo el  patrimonio de la diócesis y su gestión. Hemos comenzado por el Románico Norte, que  es lo más premioso. Con el tiempo se seguirán otros caminos. Otra iniciativa que se ha hecho es Campos del Renacimiento, un museo con sedes en Becerril de Campos, Paredes de Nava, Fuentes de Nava y Cisneros que se llevan adelante con la ayuda económica de la Diputación y la gestión de la Fundación Las Edades del Hombre.

Una de las últimas actuaciones materializadas ha sido el traslado del archivo diocesano a unas instalaciones más modernas y aun así hay que insistir  a las parroquias en que trasladen sus fondos

A veces eso crea problemas, en mi tiempo uno en concreto que se solventó bien. Aquí se trabaja muy bien  para cuidar esos documentos, que son parte de nuestra historia. El traslado del Obispado al  Seminario era necesario. Aquí (palacio episcopal) estaba en el tercer piso, no era accesible. Las nuevas instalaciones posiblemente se inauguren después de Reyes. Es un sitio técnicamente a la última, con todas las garantías, más que en el palacio,  porque era mucho el peso y de haber un incendio, con todo madera, el patrimonio documental peligraría.

La diócesis puso en marcha la oficina para la recepción de informes relativos a conductas que podrían ser constitutivas de delitos de abusos sexuales, ¿qué balance hace?

Se ha establecido una oficina y se ha nombrado al equipo que la lleva adelante. También, y es lo que se ha hecho, se trata de educar y sensibilizar sobre todos a los que trabajan con jóvenes y a la sociedad en general. Después, estar abiertos a los casos, acogerlos. Son casos que tienen que ver con el pasado, de hace 70 u 80 años, y se trabaja con mucha discreción. Yo me he encontrado con una dificultad: escucho a las víctimas, pero no a los victimarios, porque muchos  han fallecido, entonces no puedes  juzgar adecuadamente cuando  no puedes oír a los que han muerto. Pero sí acoger,  atender en la medida que se pueda, incluso pidiendo perdón.

En ocasiones ha mostrado su indignación en cómo se trata la inmatriculación de bienes en una diócesis en la que se asegura que  todo está en orden

La diócesis está al día. Sí que ha habido algún pequeño problema, pero ningún lío. Si alguno cree que tiene más derechos sobre un bien que nosotros, que lo muestre con documentos y se arregla, y si hay que solucionarlo con la justicia, pues hacerlo. A nosotros en el caso de la iglesia de San Francisco, el juez nos ha dado la razón, con documentos que hemos aportado. Alguna ermita que  algún pueblo ha reclamado, pero esperamos que presenten la documentación pertinente para solventarlo lo antes posible. Son más de novecientas y pico inmatriculaciones en total, en regla desde hace tiempo. Los equipos anteriores lo han mantenido al día; a veces es muy difícil precisar sobre un bien, alguna finca lejana, de las que se ha perdido documentación y la memoria, pero la voluntad siempre es intentar aclararlo.

Ha mencionado fundaciones que han nacido, comol Nartex, pero otras se han extinguido, como la del Buen Pastor

Más que extinguirse se fundió con Cáritas, porque tenían las misma función. Para qué  vamos a multiplicar frentes sin necesidad.  

¿Supuso la pandemia un antes y un después?

La pandemia ha traído tristes pérdidas, dolor y muerte en muchos casos, en la familia de la Iglesia, pero también ha impulsado la creatividad en la diócesis, comunicación diferente, a través de las nuevas tecnologías, misas en YouTube. En fin, la adaptación a una nueva realidad.

¿Con qué objetivo se creó la oficina de atención a los jóvenes, ubicada en la sacramental de San Miguel?

Consideramos, tras el último Sínodo de la Juventud, que la Iglesia debe estar abierta a los jóvenes. Así hemos fomentado lo que llamaríamos el foro de jóvenes en Palencia, porque la juventud, no solo la cristiana, tiene voz y necesita ser escuchada y entre todos hacer una sociedad mejor.

¿Cuáles serían los deberes más inmediatos que tendría que asumir su sucesor?

Deberes no, se trata de una carrera de todos; juntos para educar en la fe y crear una cultura vocacional en la sociedad. Entender la vida desde la vocación de cada uno, no solo para ser sacerdote, sino como llamada personal al servicio a los demás. Cada uno tiene que descubrir su camino y elegir su vocación.

La reorganización de los arciprestazgos es una cuestión sobre la mesa, ¿en qué situación está?

Algunos de los arciprestazgos quedan  muy reducidos y esa reorganización está pendiente. Hay alguna propuesta y vamos a ver, hay que hacerlo no por real decreto sino por convicción. Hemos intentado que no caiga sobre los sacerdotes, sino también con las comunidades y haya un consejo arziprestal y que sea consultado.

Ya con un estancia más prolongada, ¿le sorprendió Palencia y sus gentes?

Conocía Palencia desde pequeño, estuve 6 años en San Agustín, y luego estuve un año más de sacerdote. Me han admirado la nobleza de los palentinos, la dedicación de los sacerdotes y la devoción a la tierra y a la Virgen, por mencionar un ejemplo, la del Brezo. Es admirable. 

¿Tiene intención de quedarse en Palencia?

Mi intención es volver a la comunidad de Agustinos de Santander y estar cerca de mi familia. Allí me pondrá disposición del obispo para echar una mano en alguna parroquia. Aquí,  si Mikel  Garciandía me reclama algún servicio y puedo hacerlo, pues encantado. Vendré ocasionalmente porque  ya pertenezco para siempre a esta diócesis, como uno más.

En Diario Palentino ha publicado una carta semanal ¿cómo ha sido la experiencia?

Quiero dar las gracias a los medios de comunicación, y a Diario Palentino, por servir de altavoz a la información y vida de la diócesis. Agradezco de corazón al rotativo por permitir ese espacio para anunciar  el Evangelio.