Múltiples han sido los factores que han influido a la hora de que el electorado de Aguilar de Campoo se decantara por una de las cuatro candidaturas en liza. Empecemos por los dos mayoritarios: Partido Socialistas y Partido Popular.

En el caso del PSOE, a nadie le resultó extraño el resultado cosechado por su cabeza de lista, Cristina Párbole, que  había devuelto la ilusión en el proyecto socialista para la villa galletera. No en vano, la liderada por la joven medievalista fue la candidatura más votada en las urnas, protagonizando un sorpasso que podría calificarse de histórico. Seis concejales, dos más que en 2019, y 1.525 votantes, 350 más que cuatro años atrás.

La cara amarga de la victoria es que no logró la mayoría absoluta, y deja la Alcaldía en manos de un más que probable pacto entre el PP de María José Ortega y Vox, encabezado por Ramón Ortega.

El PP despide a dos concejales y pasa de ocho a seis ediles. En cuanto a votos, pierde la nada desdeñable cifra de 541. Algunos apuntan a que la marcha del que muchos consideraban su relevo natural en el partido, Carlos Sierra, les ha pasado factura. Es el peor resultado del PP en unas locales, que no pierde desde 1999.

Como mencionábamos anteriormente, Vox irrumpe en la política municipal aguilarense con un concejal (352 votos, el 9,88 por ciento del total) a costa de Ciudadanos, que pierde su único concejal, Juan José Mangas.