El Serrón-Palencia

Eduardo Gutiérrez
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No nos ha perdido de vista el Cristo del Otero. El Canal penetra en el mismísimo corazón de la capital nada más salvar el desnivel de Viñalta, lo hace ante una doble esclusa: la 31 y 32

El Serrón-Palencia

El Ramal Sur nace en El Serrón, término municipal de Grijota, al sur de la provincia, como bien apostilla su apellido, pero con la vista puesta en la histórica comarca del Cerrato. El antiguo asentamiento del Serrón se sitúa a escasos seis kilómetros de la capital, al amparo de la carretera comarcal CL-613, la de la línea verde. Recibe aguas del Ramal de Campos, que va de paso a las tierras del Renacimiento. En el Serrón se desgajan tras haber recorrido 13 kilómetros desde la confluencia con el río Carrión, en el paraje conocido como Calahorra, en Ribas de Campos. 

El Serrón fue uno de los puntos más industrializados del Canal. La triple esclusa, la 25, 26 y 27, junto con la fuerza motriz nacida tras el desnivel de sus aguas, consiguieron un pujante punto empresarial. Esclusas, retención, almacén, granero, viviendas, puente, casa del esclusero, casa de la compañía, etc., crearon un próspero conjunto que brilló con luz propia. En la actualidad… a duras penas muestra el esplendoroso pasado que vivió; fue incapaz de detener la sangría poblacional en el ocaso canalero. 

El ramal recorre 54 kilómetros antes de morir en Valladolid. Lo hace salvando unos 65 metros de desnivel, tantos como altura tiene la Linterna de Campos, curioso. Cuenta con 18 ingenios esclusados, once ovalados (los que pagó el erario público), siete más son rectangulares (a cuenta de lo privado); solo Soto Albúrez, a la altura de Villamuriel de Cerrato, conjuga ambos modelos.

El Serrón-PalenciaEl Serrón-PalenciaAntes de llegar a Valladolid atraviesa diez localidades, cuatro en la provincia palentina: Grijota, Palencia, Villamuriel y Dueñas; y siete en la de Valladolid: Cubillas, Trigueros, Corcos, Cabezón, Cigales y Fuensaldaña, para morir definitivamente en la dársena de la capital regional, junto al Puente Mayor que salva el río Pisuerga. Las obras comienzan una vez finalizado el Ramal Norte, en 1792, con Juan de Homar como mecenas. Muchas vicisitudes acontecen en su tiempo, la Guerra de la Independencia detiene la construcción, en 1828 se reanudan los trabajos en Soto Albúrez concluyendo su trazado definitivo en 1835.

Grijota es una de las localidades canaliegas por excelencia. En los últimos años se ha realizado un importante esfuerzo por integrar al casco urbano esta vía de aguas de esperanza. De hecho, el tramo desde El Serrón hasta la doble esclusa está perfectamente acondicionado, ¡y en ambas márgenes!, incluso para el pedaleo bicicletero. De camino al casco urbano nos otea la torre de la iglesia de Santa Cruz, fábrica del siglo XVI, que adueña en sus entrañas un magnífico órgano barroco construido en 1731 por Pedro Merino de la Rosa. Al paso, no podemos dejar de visitar la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, vivo ejemplo del románico tardío que la historia quiso prodigar en estas llanas tierras del sur palentino.

En nuestro tránsito a la capital encontramos el impresionante acueducto de los Cinco Ojos, aún en término grijotano, que aunque no es el original, tiene prestancia. Llegamos a La Treinta, en cuya denominación algo tendrá que ver la esclusa que los ilustrados legaron a este lugar. La Treinta es buena muestra de la importancia del pan en estos lares de harineras, una tierra que sin duda es germen de la típica Fabiola.

Y sin darnos cuenta nos plantamos en los dominios de la capital. No nos ha perdido de vista el Cristo del Otero. El Canal penetra en el mismísimo corazón de la capital nada más salvar el desnivel de Viñalta, lo hace ante una doble esclusa: la 31 y 32. La parva nos sorprende con los restos de un antiguo puente, un viandante nos instruye: «Son los estribos de la pasarela del desaparecido ferrocarril Palencia-Villalón, el tren burra». 

Y en un suspiro nos plantamos en la dársena palentina tras recorrer los 1.200 metros del ramalillo que le presta aguas. En la capital aguarda el Museo del Agua… pero esto es otra historia que culminará la próxima semana.