Todo preparado para el sí quiero en el Trinidad Arroyo

César Ceinos
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Los cuarenta alumnos de los ciclos de FP Básica y grado medio vinculados a la familia de la Imagen Personal cierran el curso aprobando el reto de preparar estéticamente a los protagonistas de un enlace matrimonial

Todo preparado para el sí quiero en el Trinidad Arroyo - Foto: Trinidad Arroyo

Nadie duda de que las bodas son, hoy en día, eventos de extrema importancia para los novios y sus seres queridos. Es una fecha señalada en rojo y todos los preparativos, como los trajes, la ceremonia, el banquete o el aspecto de los protagonistas, se organizan al milímetro sin dejar nada al azar.Un error es, prácticamente, imperdonable, y más cuando no hay marcha atrás y la hora del enlace se echa encima. Es un día inolvidable y nadie quiere que un borrón cubra la alegría del sí quiero.

Como ocurre en otros ámbitos, la formación es un pilar básico para que los futuros profesionales vayan adquiriendo las capacidades y habilidades para hacer un buen trabajo a la hora de poner guapos a una pareja de novios. Por ello, desde el departamento de ImagenPersonal del instituto TrinidadArroyo de la capital decidieron dar un giro a su modelo educativo y apostaron desde el curso pasado por el aprendizaje basado en retos (ABR) «por los beneficios que aporta al alumnado». Se trata de una forma de enseñanza donde «el proceso es lo más importante». «Durante la resolución del desafio el alumno va adquiriendo las competencias profesionales, personales y sociales necesarias para el buen desarrollo del oficio elegido», aseguran desde el centro de Educación Secundaria,Bachillerato y Formación Profesional del barrio del Campo de la Juventud.

Por este motivo, en el año académico que está a punto de concluir, los responsables docentes plantearon el reto de preparar una boda a nivel estético a los cuarenta alumnos de los ciclos de Peluquería y Estética (FPbásica), Peluquería y Cosmética Capilar y Estética y Belleza (FPgrado medio). Era un tema que engloba a todos los estudiantes. El proyecto, que llevó como nombre ¿Nos 'colam@s' en esta boda?, fue presentado enBurgos a principio de curso, aunque se llevó a cabo durante los últimos tres meses.En primer lugar, los jóvenes se documentaron, plantearon los protocolos y expusieron la teoría al resto de compañeros y profesores. Posteriormente fue el turno de llevar a cabo la práctica con los protagonistas de este enlace sin alcalde ni cura, pero con modelos (hubo cinco novias, un novio y una madrina) a los que acicalar para un evento a celebrarse durante una mañana de verano en Palencia. Porque no es lo mismo preparar a la pareja para una boda de día que de noche.

Fue, sin duda, una jornada diferente en la que los jóvenes pudieron demostrar todos los conceptos aprendidos durante el último trimestre del año. «Fueron tres meses necesarios para poder alcanzar los objetivos establecidos en el proyecto, las competencias técnicas y blandas (soft skills) y los resultados de aprendizaje. El díaB (de boda) se celebró a principios de curso. Ninguno de los modelos iba a enfadarse porque no había arras de por medio, pero los alumnos, al estar siendo evaluados por los docentes, se esmeraron en peinar, maquillar y hacer manicuras -entre otras labores- siguiendo y aplicando las técnicas, herramientas específicas y los cosméticos necesarios. «Hemos ido valorando el proyecto poco a poco, pero el último día es cuando se ve el resultado. Por esta razón estaban más nerviosos», aseguran desde el departamento, que está encabezado por el docente Fernando Rodríguez.

DIFERENTES COMPETENCIAS. Además, los profesores de ImagenPersonal destacan que, a través del ABR, los alumnos han ido adquiriendo diversas competencias técnico-profesionales. Entre ellas figuran la capacidad de reconocer las técnicas y los cosméticos, de trabajar manualmente con habilidad y destreza, de mantener el lugar de trabajo limpio y ordenado, de tener creatividad, de observar los detalles y corregir los posibles fallos, de controlar la calidad de su trabajo, de seguir estrictamente las pautas de higiene y prevención de riesgos, de ser organizados e innovadores y de tener iniciativa. 

Por otro lado, al ser un desafío colaborativo en el que participaban los alumnos de diferentes clases, facilita que los estudiantes interactuen entre ellos y sean amables y educados, que vayan adquiriendo facilidad de diálogo y que sepan organizar su trabajo. En un plano más personal, proyectos de este estilo también sirven para trabajar con agilidad y precisión, tener sentido artístico y creativo y mostrar un aspecto adecuado.
Tras este reto, en el institutoTrinidad Arroyo ya tienen todo preparado para que los novios se den el sí quiero gracias al ABR. En el futuro, quieren seguir por el mismo camino y que este sistema sea «la piedra angular de la metodología en el aula y el aula-taller».