Una de cada cuatro hectáreas mantiene el riego por inundación

P. Velasco
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La superficie de regadío descendió un 4,26% el año pasado en la Comunidad, algo que no ocurría desde 2016, debido a la menor disponibilidad de dotaciones de agua por la sequía

Dos agricultores montan el sistema de riego en una explotación agraria de la provincia de Burgos. - Foto: Alberto Rodrigo

En un año tan seco como 2023, donde los agricultores ya hablan de una campaña de cereal totalmente desastrosa, se pone más en evidencia aún la necesidad de ahorrar agua con la modernización de los sistemas de riego en el campo de Castilla y León. Sin embargo, poco se ha avanzado en este aspecto en los últimos años, ya que en una de cada cuatro hectáreas se sigue utilizando el sistema de riego por gravedad, a manta o a pie, es decir por inundación y como consecuencia el que más agua despilfarra.

En la Comunidad se regaron el año pasado 108.783 hectáreas por gravedad, lo que supone el 24 por ciento del total de la superficie dedicada a cultivos de regadío y que ascendió a 451.989 hectáreas, según la última Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos en España (Esyrce) de 2022, publicada recientemente por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

A nivel general, la superficie de riego descendió en 2022 en la Comunidad un 4,26 por ciento respecto al año anterior con 20.124 hectáreas menos. Según señalaron fuentes ministeriales, esto se debe, principalmente, a la menor disponibilidad de dotaciones de agua en determinadas zonas del país para labores agrícolas. En la región se regó durante el año pasado el 4,80 por ciento de su superficie geográfica, lo que supone el 12,77 por ciento de la cultivada.

En Castilla y León, la superficie regada se reparte proporcionalmente entre los sistemas de gravedad, aspersión y automotriz. Muy por debajo se sitúa el riego localizado con un 7,8 por ciento de la superficie regada, si bien es cierto que es el único sistema que ha incrementado su superficie en el último año. En el último año, los sistemas motrices junto con el sistema de gravedad han descendido por la utilización de estos fundamentalmente en los cultivos de maíz, trigo blando y cebada de dos carreras. El riego por goteo experimenta un progresivo aumento por su utilización en viñedo, almendro y pistacho.

Desde la Alianza UPA-Coag apostaron por incrementar la modernización del regadío en una de las comunidades con un menor porcentaje de superficie con sistemas de riego eficientes. «La media de la superficie de regadío en otras zonas se sitúa en el 23 por ciento y nosotros estamos en el 12. En los últimos 40 años se ha hecho poco por modernizar la cuenca del Duero y solucionar los problemas de almacenamiento de agua», señala Lorenzo Rivera, uno de los responsables de la organización agraria.

Rivera advierte de que se pueden modernizar todos los sistemas de riego y optimizar así el consumo, aunque si no hay agua, como está ocurriendo a lo largo de este año, «no se puede hacer nada». Por este motivo, plantea, como han demandado en anteriores ocasiones y una opinión compartida con el resto de opas, la construcción de balsas a lo largo de toda la cuenca del Duero que permitan continuar regando «una o dos semanas» para terminar de rematar los cultivos cuando ya han consumido toda la dotación.