Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


Sorpresas: veinte días que decidirán unas elecciones

03/07/2023

Si usted, a la vista de las encuestas --las que vienen no cambian, básicamente, el sesgo de las que conocemos--, cree que ya está todo el pescado vendido, que la piel del oso Sánchez está cazada, que es inexorable una coalición PP-Vox o que el futuro de la izquierda a medio plazo se llama Yolanda Díaz, es que no cuenta con el 'efecto de los últimos veinte días'. Que es lo que queda para la marcha a las urnas que pueden cambiarlo todo. Y lo harán, gane la coalición que gane, la de 'las derechas' o la de 'las izquierdas'. Veinte días en los que podemos encontrarnos, y nos encontraremos, con sorpresas que pueden variar el rumbo de lo que la demoscopia cree inexorable, o sea, la victoria de Alberto Núñez FeijÓo en alianza forzosa con Santiago Abascal. Y ¿cuáles pueden ser tales sorpresas? Pues...

Pues, en primer lugar, el propio Pedro Sánchez. Que es una caja de sorpresas en sí mismo. Ya veremos si deja pasar la oportunidad de hacer un combate, digno de los que Ibai Llanos organizó este sábado en el Metropolitano, cuando se enfrente a Ana Rosa Quintana, ayer enemiga, hoy quién sabe si aliada involuntaria, todo sea por el share. La 'marca Sánchez' es mucha marca, y la va a dejar impresa hasta en su muy (in)esperada entrevista en un podcast animado por 'la Pija y la Quinqui', Tik Tok en vena. Pero donde yo espero alguna sorpresa 'de verdad' es en el 'cara a cara' con su rival número uno, Alberto Núñez Feijóo, el próximo día 10.

El presidente y aspirante a lo mismo va a echar encima del líder del PP toda la galería de imágenes acumulada en estos cinco años: Biden, Ursula von der Leyen, Zelenski... y usted, señor Feijóo, ni una mala 'photo opportunity' de estadista internacional que llevarse a la boca. Sí, Sánchez es así: un 'killer' que piensa que, por esta condición, va a arrasar a su contrincante y, sin embargo, enemigo, al que durante un año ha desdeñado recibir en La Moncloa, a quien ha excluido de todo papel en la presidencia de la UE, a quien ha acusado tantas veces de violar la Constitución, a quien hasta ha hecho que le pidan, vía Senado, los números de su sueldo 'extra'. Y es ahí donde Feijóo, muy otro estilo, puede encontrar el flanco para ganar el debate, lo que no significa ganar las elecciones: el presidente no ha respetado el papel institucional del jefe de la oposición, que es, así, víctima frente al implacable verdugo.

Uno no es quién para andar aconsejando a nadie, pero pienso que bien hará el presidente de los 'populares' en trabar un buen argumentario de lo que serán sus futuras relaciones, si gana el 23-j, con Vox. Sabe que Sánchez va a golpear ahí y debería regalar alguna sorpresa al personal, más allá de las ambigüedades de rigor. Por ejemplo, revelar el nombre de quien será su vicepresidenta en el futuro Gobierno, excluyendo del todo a Abascal del cargo. O aceptando, 'in extremis' esos 'debates a cuatro' que le ofrecen desde medios quizá no muy amigos, pero influyentes, y que con gusto dejarán la silla vacía por incomparecencia de quien, ausente, se llevará todos los mamporros.

Claro, una sorpresa es eso, sorpresa, si se da la condición de que sorprende, es decir, que no se conoce con antelación. Pero estoy seguro de que ambas partes buscan uno o varios golpes de efecto, que den un giro al actual estado de cosas, cuando ya estamos trotando hacia la jornada electoral. No conviene perderse una: en cualquier momento puede saltar la liebre, que es mucho más rápida, salvaje y difícil de cazar que el domesticado y tópico conejo de la chistera.