Una encuesta del Sindicatos Trabajadores Enseñanza (Stecyl) pone de manifiesto que más del 85 por ciento del profesorado de la Comunidad denuncia que la carga burocrática afecta negativamente su labor docente. Además, un 84 por ciento se queja de que no le da tiempo a preparar sus clases en su horario laboral porque realiza labores propias de personal administrativo o de servicios. Asimismo, el 86 por ciento indica que no tiene tiempo para atender a la diversidad de su alumnado en su jornada laboral; y un 74 sentencia que la burocracia afecta a su salud y a su vida familiar y social.

La portavoz de Stecyl-i, Christina Fulconis, y la secretaria de Acción Sindical, Teresa Vicente, presentaron en Valladolid el informe, que se basa en casi 500 respuestas de profesores durante el mes de mayo, y la campaña 'Stop burocratización de la función docente'. Fulconis urgió a la Consejería de Educación a poner solución al problema de la burocracia que «lastra la función docente» y advirtió de que si no se aborda los claustros acabarán oponiéndose a participar en proyectos y programas o planes educativos.

La portavoz sindical denunció que este curso ha sido «muy complicado» con la «precipitada implantación de la Lomloe», que ha supuesto un volumen importantísimo de documentos, elaboración de programas para los cursos impares y de los nuevos currículum. En este sentido, puso de relieve que los docentes «tienen en sus espaldas un gran esfuerzo» y en este final de curso «en muchos casos han cogido la baja porque no pueden más».

Lamentó además que la Consejería de Educación «no ha facilitado el trabajo» y los centros están haciendo evaluaciones con «aplicaciones totalmente desactualizadas» que «suponen mucho esfuerzo». La «vorágine burocrática», prosiguió, que genera «frustración y agotamiento», para advertir de que los docentes «hacen 'crack'». «Nos preocupa su salud mental y la Junta no hace nada», sentenció.

Fulconis razonó que todo el tiempo que dedica el profesor a preparar los materiales, la burocracia o la documentación, se resta de preparar las clases, de la coordinación con compañeros y de la atención individualizada, que se ve mermada por la carga de trabajo. «Debe haber personal administrativo para los centros», exhortó, para exigir a Función Pública que «ponga personal para que los profesores se dediquen a dar clase y a mejorar la calidad educativa». Y remarcó que las plantillas sufren el síndrome de 'burnout', «están quemados, hartos, tiene superado su límite».

La responsable de Stecyl-i recordó también la necesidad de abordar la jornada de 35 horas, y precisó que el lunes celebrarán mesa sectorial, para poner en marcha el acuerdo de horario lectivo y ratios, y apostó por bajar a 17 las horas lectivas, el mínimo exigido, según informa Ical.

Por su parte, Teresa Vicente insistió en la necesidad de una «reducción drástica de la carga burocrática» de los docentes, que están sufriendo «cuadros de estrés y ansiedad». Entre sus peticiones concretas, demandó una plataforma telemática única para todos los trámites, simplificación documental y formularios más funcionales, así como evitar duplicidades.

Asimismo, aludió a limitar la ratio de tutorías a 12 alumnos por aula, y más compensación horaria especialmente en primaria, con una hora. Junto a esto reclamó una reducción de las horas lectivas y también el reconocimiento de la desconexión laboral.