«En un país en guerra como Ucrania, ves la auténtica realidad»

Pablo Torres
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Juan Francisco Martín Fresneda presenta mañana en el Casino, a las 20,10 horas, su libro 'Ucrania, el triángulo del valor'. El director de 'La 8 León' y 'esRadio León' ha colaborado directamente en la ayuda humanitaria durante el conflicto

Juan Francisco Martín Fresneda durante su presentación del libro en el Ayuntamiento de Kiev - Foto: Oleksiy Samsonov

La experiencia de sus viajes a Ucrania tras la invasión de Rusia es lo que plasma Juan Francisco Martín Fresneda en su libro Ucrania, el triángulo del valor. El director de La 8 León y esRadio León presentó el pasado abril su obra en el Ayuntamiento de Kiev. Mañana hará lo propio, a las 20,10 horas, en el Casino. 

¿Cómo ha sido el proceso de escribir este libro?
Escribir sobre Ucrania ha sido fruto de la experiencia. 

En León hay muchos ucranianos que se manifiestan en contra de la guerra. Nos pusimos desde La 8 León en contacto con ellos para poder ayudarlos. A partir de ahí, las casualidades de la vida y el cruce de personas me llevaron a tener una relación directa con mucha gente de Ucrania. 

¿Ha viajadao a Ucrania durante el conflicto?
He ido cuatro veces, pero el libro recoge los tres primeros viajes. En el cuarto, lo he presentado. 

Sus páginas no cuentan lo que me han contado, sino lo que directamente he vivido. Eso le da mayor importancia al relato.

¿Cómo fue la sensación de ese primer viaje, cuando entró en contacto con el país en guerra?
Es un viaje inolvidable. Lo hice 30 días después de la gran invasión de Rusia. 

A través de la Asociación de Ucranianos Leoneses y unas cuantas empresas de León fuimos capaces de organizar un convoy solidario con 75 toneladas de material en tres tráilers. Lo introdujimos en el país por Eslovaquia. Al mes de la invasión, fuimos el único cargamento de ayuda humanitaria que entró en Kiev, que en aquellos días estaba completamente rodeado por los rusos. Nuestros camiones sirvieron para ayudar a más de 3.000 familias.  

¿Hubo alguna escena que le impactó especialmente?
Hay muchas, es un país en guerra. Lo que me llamó la atención fue la lucha y el trabajo de los ucranianos por intentar que cada mañana pareciera un día normal. 

Es impactante llegar al país, a un hotel de 200 habitaciones, y que solo estén ocupadas la mía y la del técnico. No obstante, todos los profesionales estaban trabajando como si el mundo siguiese su camino.  Dentro del drama, conocemos las historias de muchos niños que te ponen la piel de gallina. Todas las guerras tienen víctimas. 

Conocimos a un niño en la zona del Donbás. Hubo un bombardeo sobre su casa y murieron sus padres. Él quedó ileso y se lo llevaron al pueblo donde vivían sus abuelos. Allí hubo otro bombardeo y fallecieron. Finalmente, se lo llevaron a un centro de acogida en Kiev. 

Cuando lo conocimos, nos dijeron que había cogido tanto miedo que era imposible que se quitara la ropa por si sucedía un nuevo bombardeo y tenía que escapar. Por culpa de ese miedo, tenían que asearle con la ropa puesta. Historias como esta son un ejemplo de las vividas. 

¿Cree que la cobertura de los medios está siendo correcta?
Los medios vivimos en nuestra propia realidad. Estamos en el ritmo del día a día, y una noticia quita a la otra. Esa vorágine de información a la que estamos sometidos hace que no nos pausemos en situaciones graves en las que mucha gente tiene su vida en juego. 

Vivimos en una zona cómoda y eso nos permite tener nuestros propios ritmos de vida. Cuando das el salto a un país en guerra como Ucrania ves la auténtica realidad, la vulnerabilidad del ser humano. Aprecias lo complicadas que son las relaciones y la convivencia. Como medios de comunicación, no siempre estamos acertados. 

El proyecto de colaboración con Ucrania nos dio un salto y, a parte de nuestro trabajo, que era informar, nos permitió usar los medios para ayudar a la gente que más nos necesitaba, y de eso estamos completamente orgullosos. Conseguimos que nuestro trabajo fuera más allá y tuviera un sentido.

¿Diría que la sociedad ha olvidado ya el conflicto?
La gente no se olvida de los dramas, pero se acostumbra. Al principio, nos poníamos en alerta, pero ahora lo vemos todos los días. La sociedad europea se ha acostumbrado a saber que Ucrania está en guerra, y así lo asimila hasta que se acabe. 

La propia actividad hace que otros conflictos adquieran importancia. El de Ucrania nos ha tocado muy de cerca, pero también lo ha hecho el de Gaza.