La Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, una de las citas más estrechamente ligadas a la Feria Chica, puede visitarse en el Salón hasta el próximo 18 de junio. Organizada con el patrocinio del Ayuntamiento por la Asociación de Libreros de Viejo y Antiguo de Castilla y León, Alvacal, su presidente, Manuel Gómez, afirma que entre los cinco expositores presentes suman una oferta de más de 40.000 libros, y podrían ser 30.000 títulos distintos porque «cada librero tiene un material diferente y el de viejo tiene un ejemplar de cada, máximo dos, a precios desde 2,3,4 euros hasta lo que quieras en antiguo». «Es para estar en cada caseta media hora tranquilamente, entrar, rebuscar y preguntar al librero», señala a la hora de animar a visitar la feria.
En esta edición se dan cita cinco expositores: Librería Maxtor de Valladolid, Libros Pariente de Rueda, Libros del Reino Secreto de Segovia, Cajón desastre de Ponferrada y Paraíso lector de León -una menos respecto al año pasado-. La temporada empezó en Valladolid, después fue Ponferrada y Ávila, ahora Palencia, y después del verano será el turno de Zamora, León y Segovia. Tres son los tipos de libros que se ofertan en la ferial, tal y como expone el también responsable del Reino Secreto: «el viejo, de segunda mano, con precios de 3 a 10 euros; el antiguo (a partir de 80-100 años), con una selección más o menos considerable (son algo más caros, pero no demasiado). Y lo que en cada feria suele cambiar es el material local, también bastante».
Manuel Gómez explica que el sector atraviesa un «momento complicado», porque «menos nuestro material, el resto de las cosas suben -el precio de las casetas, el hospedaje, la alimentación, la adquisición de libros a veces se hace complicado, el transporte-». «Intentamos mantener los precios para seguir siendo competitivos», comenta, para añadir, a renglón seguido, a ver qué pasa en Palencia, y que siendo como son estas una fechas festivas cree que tendrán «un buen inicio de feria».
El presidente de Alvacal explica que están hablando con ayuntamientos, sobre todo de las ciudades pequeñas, para ver si se «involucran un poco más con los costes» de este tipo de ferias «porque, si no, al final vamos a desaparecer». En ciudades como Palencia o Ávila, «los costes aumentan, pero la cantidad de venta se mantiene año tras año. Si gastas más y ganas menos llega un momento que los libreros te dicen que a esta u otra feria no van. Si llega un punto en que somos tres, el propio montador de las casetas te dice que no viene y la feria se muere. Estamos a ver si entre unos y otros (Junta y ayuntamientos), nos ayudan a ir salvando esto», asevera.
Respecto al perfil, Gómez explica que «la gente joven compra libros, busca y curiosea. No comprará un libro de 200 euros, pero de sí 3, 5 o12. Es gente que está estudiando, le gusta leer y aprovecha. No es mayoritaria, pero sí busca, entra, pregunta, trastea por la caseta». En cuanto a los proveedores, manifiesta que fundamentalmente son particulares y si se trabaja con saldos son distribuidores y editoriales.