«Mezclo varias disciplinas y eso choca mucho con la industria»

Pablo Torres
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El artista multidisciplinar Rafael Lechowski llega hoy a la bilbioteca pública de la capital, a partir de las 19 horas, para ofrecer su espectáculo musical. El concierto, de entrada gratuita, tiene lugar en el marco del X Jazz Palencia Festival

«Mezclo varias disciplinas y eso choca mucho con la industria» - Foto: María Poddubnaya

Rafael Lechowski, natal de Polonia, lleva desde pequeño ligado a la creación artística.Su obra, de carácter multidisciplinar, no se encasilla «en ninguna etiqueta» y está centrada «en el mensaje». 

¿Cómo definiría su estilo musical?
Es presuntuoso decirlo, pero lo definiría como libre e independiente. No hay ningún circuito para lo que estoy haciendo, así que me tengo que desplazar de forma independiente por el mundo. Mezclo varias disciplinas y eso choca mucho con la industria actual, donde está todo muy enmarcado y cuadriculado. 

¿Se considera un poeta?
Me considero un decidor. Digo cosas.

¿Qué pretende conseguir con su trabajo?
Eso ha ido cambiando a lo largo de los años. Al principio tenia una pretensión algo más banal. Hoy en día diría que mi objetivo es seguir autodescubriéndome y conociéndome a través del arte. Quiero que la disciplina artística siga teniendo esa faceta terapéutica y esa energía que tiene. 

En el plano menos romántico, me gustaría que me permita generar los ingresos suficientes para comprar el tiempo y espacios necesarios para seguir creando. 

¿Por qué decide salirse de la industria musical?
Conozco la industria, llevo haciendo conciertos desde que tenía 13 años y firmé un contrato con una multinacional a los 16. Conozco sus mecanismos y engranajes y veo que ella y yo somos de naturalezas distintas.  Yo concibo el arte como un espacio de autoconocimiento, sagrado y sin estar nunca condicionado por terceros. No puedo ir unido a lo que la sociedad me imponga, y eso tiene una consecuencia.  

Ha publicado trabajos tanto en el ámbito musical como en el literario. ¿Con cuál de las dos disciplinas se quedaría?
Me siento mas cómodo en la literatura, es mi vocación. El primer acercamiento que tuve fue a la escritura. 

He renegado muchas veces de los conciertos y el espectáculo de la música, aunque últimamente estoy teniendo una reconciliación con la puesta en escena porque es otro canal para llegar a la gente, más directo y cercano. Así que, si tuviera que jubilarme en algunos de los dos campos, sería en la escritura, puesto que lo que a mí me seduce es la creación y la composición. 

Dentro de su faceta musical, trabaja varios géneros, como el rap o el jazz, entre otros. ¿Es alguno de ellos mayoritario?
Es que no sé realmente qué soy. Para los raperos no soy un rapero y para los poetas, sí. Si tuviera que asociar el género del rap a algo no lo haría a los raperos de El Bronx, sino a otras cosas como a los trovadores o los rapsoda de la antigua Grecia. Eso me representa más, aunque no sabría decirlo porque hace tiempo que me dejaron de preocupar las etiquetas.

¿Cree que el jazz es un género poco valorado en este país?
Sí. Es un género de pequeños públicos. Muchas veces tiene audiencias que incluso le dan la espalda al músico mientras conversan y toman café. El jazz es para los músicos, no obstante, está en muchos más lugares, como la poesía. La esencia del jazz está implícita en cualquier tipo de género. Es una manera de interpretar y entender la música, relacionado con la libertad y la radicalidad; una música no tan sujeta, más libre. 

¿Cómo es la actuación que tiene lugar hoy en Palencia?
Se enfocará, sobre todo, en el mensaje. Para mí, el concierto es un pretexto para difundir una idea. No es tan importante la canción como el espacio que hay entre una y otra. Ese espacio le uso para transmitir un menaje, que en este caso versa sobre la vida y el mundo. 

A lo que me refiero es al error de tachar a la vida de mala, cuando lo realmente malo es el mundo. La vida lo contiene todo, es lo que la naturaleza nos ha dado; y el mundo es lo que el ser humano ha inventado. La felicidad, por ejemplo, viene del mundo, mientras que la alegría procede de la vida. Ver esa pequeña distinción nos ayuda a vivir menos neuróticos y más en el plano de la contemplación. 

¿En qué momento comienza en el mundo de la música?
Las vocaciones ya nos vienen dadas. Todos tenemos un don, solo que hay quien no lo descubre nunca o no le dan las alas para ello.

Yo he tenido a lo largo de mi vida una reflexión contemplativa. Mi madre ya me dejaba libre por la ciudad con seis años y me gustaba reflexionar sobre lo que veía. Cuando tenía 10 años y mi padre murió, esa reflexión la volqué en la escritura.