Carmen Quintanilla Buey

Otra mirada

Carmen Quintanilla Buey


Teleañoranzas

09/12/2023

Llevamos  una temporada en la que muchos programas televisivos  están repletos de ansia por echar la vista atrás, lo cual pone de relieve que, o les falta materia prima, o les domina la nostalgia, y por eso sacan a relucir etapas en las que se nos muestra que cualquier tiempo pasado, en muchos casos, no fue precisamente un valle de rosas.  Esos tiempos, como es lógico, tienen sus protagonistas, y ahora nos cuentan los amores y amoríos de Bertín Osborne... o las películas de Barbara Rey... o la vida supersaturada de Julio Iglesias... y más, y más, y más... También Javier Sardá nos promete entre titubeos, despiste y meneos de cabeza de un lado a otro, que pronto aparecerán sus trasnochadísimas Crónicas Marcianas... ¡Sólo nos falta que aparezca Carina  con su baúl de los recuerdos!  Todo esto, como es natural, pretende hacernos retirar la vista a los asuntos vigentes e importantes. Además, toda esa nostalgia con la que intentan entretenernos, suele estar aderezada con invitados que fueron testigos presenciales de sus tejemanejes, y así alargan el tema, porque aportan datos... fechas... con lo cual siguen echando leña al fuego, y allí se produce la tristeza al comprobar que el paso del tiempo es muy cruel y se lleva de calle la lozanía de la juventud... la alegría... y, sobre todo, el aspecto físico. Sí, porque aquella persona que está rememorando no es ya ni la sombra de la que vivió la situación. Y fluye también el complejo en el televidente, porque piensa: Si ese, o esa, que será de mi edad, está así.... pues yo también estaré hecho una mierda. No sé si con estos asuntos pretenden hacernos olvidar la guerra de Gaza, donde ayer mismo pudimos ver cómo un soldado ponía un niño matado -¡que es muchísimo peor que un niño muerto!- en los brazos de su padre. Pero si seguiremos mirando a famosos sumergidos en retrocesos, seguirán preparando programas sobre mujeres desnudas a beneficio de... -¡ Mira que tenemos famosos que muy gustosos se prestarían a participar en temas benéficos! Cantantes, humoristas, escritores- ¡Pero no, tienen que ser mujeres desnudas! Bueno, cada cual dentro de su cometido, supongo que hará las cosas que considere exitosas. Y mientras no nos amarguen los villancicos, por llegar aderezados con el eco de disparos como fondo... pues haremos la vista gorda.