Un empleo de verano

Myriam Esteban
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Trabajar de socorrista en vacaciones es una de las opciones que tienen los aficionados al deporte y a la natación para ganarse un sueldo. En casos de emergencia, abogan por mantener la cabeza fría y «sentido común que es lo más importante»

Un empleo de verano - Foto: Óscar Navarro

El socorrista tiene un papel fundamental desde hace años en ríos, mares y piscinas. Sus orígenes son incierto, pero se cree que esta actividad se remonta prácticamente a la misma época que comenzó la natación. Los expertos destacan que The Humane Society of the Massachusetts, fundada en 1785, fue una de las primeras manifestaciones del salvamento moderno. Esta sociedad se componía, principalmente, de «socorristas voluntarios ante rescates y situaciones adversas». En un primer momento, su principal función era la de rescatar a los náufragos de los barcos hundidos. Por su parte, la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos data de 1914.

Actualmente, es obligatorio que cada piscina pública cuente con personal de salvamento, para evitar accidentes. Por desgracia, los sucesos son habituales. En España 394 personas fallecieron ahogadas en 2022, 13 de ellos fueron en Castilla y León. De estos ahogamientos, 183 ocurrieron en lugares o momentos en los que no existía servicio de socorrismo, según datos del Informe Nacional de Ahogamientos. Por ello, cada nueva temporada de verano, resalta la importancia de bañarse en lugares que dispongan de servicio de salvamento. 

Lucía Robles, Alberto Bravo y Elsa Alonso son algunas de estas personas que este verano velan por la seguridad de los bañistas en la piscina del monte El Viejo de Palencia. Todos ellos cuentan con su certificado de natación y han sido contratados por la empresa Clece, gestora de trabajadores en las piscinas de la capital. Robles (20 años), explica que este era «el trabajo perfecto» para ella porque quería trabajar en verano y le gusta el deporte. Por eso lleva dos temporadas dedicandose a ello. Bravo (27 años) considera que es una buena opción, ya que le  permite «compaginar muchas otras actividades». Por su parte, este es el primer verano como socorrista de Alonso (19 años) y asegura que la realidad es como se esperaba: «Es entretenido y hay muy buen ambiente».

- Foto: Óscar NavarroAdemás de sus tareas de salvamento, cuando no hay mucha frecuencia en la piscina, se dedican a ayudar al servicio de mantenimiento, a limpiar las piscinas y a mantenerlas en orden, aunque aseguran que «Jose (el encargado) lo tiene bastante bien». Por su parte, Bravo menciona que en las piscinas de San Telmo, donde también trabaja, los socorristas tienen que «tener en cuenta el ph del agua y que el cloro esté a los niveles óptimos», además de sus tareas de salvamento. 

Sin embargo, no siempre es así de tranquilo. Cuando hay mucha afluencia de bañistas, dos están en la piscina y el otro restante se encuentra en el botiquín para que la gente se dirija allí en caso de necesidad. Robles destaca que aunque están pendientes de todos los usuarios de la piscina, ponen «especial atención a los niños, ya que son los que más peligros pueden tener». Asimismo, sobre todo en las horas punta,  uno de los tres socorristas se sitúa en el tobogán para controlarlo y «que no haya inconvenientes», apunta Bravo. De acuerdo con el informe elaborado por la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, en 2022 murieron ahogados 37 menores (de 0 a 17 años), lo que supone un 9,39% del total de ahogamientos registrados de dicho año.

Los tres vigilantes explican cómo deben actuar en caso de que haya un accidente. «Lo primero de todo es conocer la gravedad del accidente, porque así pondremos en práctica un protocolo u otro», indica el más veterano de los tres. A continuación, Robles señala que, en caso de ahogamiento, «mientras un socorrista saca a la persona del agua, los otros dos deben llamar a una ambulancia e ir a por el Desfibrilador Automático (DA)». 

Además, Bravo asegura la necesidad de no perder los nervios. «Creo que al fin y al cabo el sentido común es lo más importante en este trabajo. Si actúas con cabeza, te puedes ahorra muchos problemas», sentencia.

No obstante, aunque están contentos con su trabajo, los tres afirman que «echan de menos un guardia de seguridad en el recinto», ya que hay diversas cuestiones que «como socorristas» no pueden «controlar» o no están en sus «manos».

El reparto de trabajadores en las piscinas de la capital está gestionada por la empresa Clece, quien los distribuye a través de las instalaciones del Sotillo, del monte El Viejo y de San Telmo. 

REQUISITOS DE UN SOCORRISTA. Los requisitos obligatorios para poder trabajar como socorrista son, tener más de 16 años para sacarse el título (y 18 para poder trabajar en playas); tener altos conocimientos de natación y poseer la titulación exigida.

TARIFAS Y DISPONIBILIDAD. Los precios para abonados son de 2,65 euros la entrada para adultos y 1,05 la de niños. En cuanto al bono de 20 entradas, el de adultos asciende a 41,90 euros, mientras que el de niño es de 16. El abono mensual adulto es de 57,25 euros y el de niño de 23,85. En cuanto al de temporada, el de adulto sale por 103 euros y el de niños por 41. En caso de disponer del Carnet Joven, ser familia numerosa, discapacitado en un grado igual o mayor al 33%, personas mayores de 65 años, pensionistas y desempleados de larga duración, existen abonos especializados.

Por otra parte, las instalaciones  del Sotillo y de San Telmo, que inciarion su actividad el pasado 16 de junio, permanecerán abiertas al público hasta el 31 de agosto. Los palentinos podrán disfrutar de las piscinas del monte El Viejo hasta el próximo10 de septiembre (abrieron el 26 de junio). El horario de apertura de todas ellas es de 11,15 a 21 de lunes a domingo.