Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Unidades de convivencia

05/11/2023

Leía días pasados en este Diario que unos 320 usuarios de residencias de mayores comparten sus días en estas unidades en la provincia. Tan solo conozco las tres que hay en Puente de Hierro a las que no tardando se unirán otras seis, modelo mi casa. Un modelo, que sitúa a la persona en el centro de toda atención y cierra la  puerta a la indiferencia con profesionales de reciclaje constante. Conozco alguna de las Tcaes (Técnicos de Cuidados Auxiliares en Enfermería). Son las/os que primero llegan a la persona. Los que mejor conocen sus gustos y deseos más significativos. Ofrecen apoyo emocional y ayuda en las tareas básicas diarias de cada residente. La terapeuta Paloma y los monitores Pablo y Ana realizan diferentes actividades ocupacionales y lúdicas centradas en las preferencias de cada persona a la que incitan a participar con ganas para desarrollar cuerpo y mente. Los espacios comunes son amplios y luminosos, con  mobiliario y decoración adaptada al gusto y comodidad del usuario al igual que en sus habitaciones, donde el residente puede tener enseres y detalles personales, dado que vivir en una residencia, creo, deseo  y espero, hay que tomarlo como un cambio de domicilio pues esta será su casa. Para eso, algunas residencias han de colaborar para que así sea. El mal generado por el covid está reciente. Durante ese tiempo, muchos mayores tuvimos que gestionar nuestras vidas poniendo en marcha ese concepto de la autoeficacia: igual a vigor, empuje, arrojo, voluntad... Se salió adelante con no pocas ayudas de amigos, servicios sociales, etc. pero muchos fueron los que padecieron en soledad. Y en quien aquello esquivó, las depresiones se han agudizado. Se han vuelto más temerosos e infelices: no sienten atracción por nada que les estimule a vivir. No sé si existe alguna agrupación, asociación… que llame a su puerta e invite a derribar el muro que les impide unirse a actividades simultáneas ya sean de incidencia imprevista o afectiva.  También es cierto que hay personas que al llegar a mayores la autoestima le suena a chino tal vez, convencidos de no tener capacidad ya para nada y eso NO es verdad.