"El Castellano es el que tiene más posibilidades a la larga"

César Ceinos
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Afirma que este itinerario, que atraviesa la provincia de sur a norte, «en su momento quizá fuera el más destacado» de todos los que llegaban hasta el monasterio lebaniego para venerar el Lignum Crucis y los restos de Santo Toribio

Manuel Bahillo - Foto: DP

La Fundación Camino Lebaniego nace a petición de los Ayuntamientos de Cantabria por los que discurre el itinerario a Santo Toribio de Liébana y el Gobierno de la comunidad vecina,  con el fin de crear un organismo que trabaje de manera permanente, no solo en los años jubilares, para promocionar y cuidar las numerosas rutas de peregrinación al monasterio que conserva, según la tradición cristiana, el LignumCrucis, el fragmento más grande de la cruz en la que murió Jesucristo. 

Entre esas rutas figura el Camino Lebaniego Castellano, que atraviesa la provincia palentina de sur a norte para conectar con Cantabria a través del puerto de Piedrasluengas y luego dirigirse hasta el punto de llegada situado en el término municipal de Camaleño, a pocos kilómetros de la conocida localidad de Potes, capital de la comarca de Liébana. Actualmente no es el trayecto más utilizado, pero «en su momento quizá fuera el más destacado», asegura el gerente de la fundación, Manuel Bahillo Martín (Santander, 1970), que fue nombrado por el patronato en diciembre de 2019.

Desde el Ejecutivo cántabro explican que atesora «una amplia experiencia» en el conocimiento del evento, ya que en el pasado fue el director de la Sociedad Año Jubilar Lebaniego, la entidad que se encargó de la gestión, promoción, diseño y coordinación de las actividades relacionadas con la conmemoración del Año Santo 2017/18, el anterior que se celebró.

Las primeras cuestiones van encaminadas a resolver las dudas de aquellas personas que no están familiarizadas con esta cita religiosa. ¿Por qué se abre la puerta del Perdón del monasterio de Santo Toribio de Liébana?
Porque hoy, festividad de Santo Toribio de Liébana, ha caído en domingo. Esto ocurre cada cinco, seis, cinco y once años. Con ello se inicia el Año Jubilar Lebaniego 2023/24. 
La bula papal de 1512 que concedió el derecho al monasterio de tener un año jubilar pone de relieve la importancia religiosa que tenía.Principalmente era por dos de las reliquias que guarda, el trozo más grande de la cruz de Cristo en el orbe cristiano y los restos de Santo Toribio de Astorga. Ambas hicieron de este lugar un punto destacadísimo de peregrinación desde la Edad Media.

¿Cuánto tiempo permanecerá abierta la puerta del cenobio de Camaleño?
Un año completo, desde hoy, 16 de abril de 2023, hasta el 16 de abril de 2024.

¿Cuántas vías de peregrinación a Santo Toribio existen a día de hoy?
El que más peregrinos acumula es el camino de Cantabria. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto al Camino de Santiago del Norte. Además, tiene una red de albergues que se ha ido generando con los años. Fue algo muy lento que se hizo de forma escalonada y que el resto de los itinerarios, si triunfa la peregrinación, también tendrán que hacerlo.

También hay que destacar las rutas declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Castilla y León, el Camino Lebaniego Castellano y el Camino de Sahagún. Por otro lado, cito la ruta Vadiniense (o Camino Leonés) que atraviesa el puerto de Pandetrave, y el último que se ha señalizado, el Camino Asturiano, que une El Salvador en Oviedo y la basílica de Covadonga con el monasterio de Santo Toribio de Liébana.

Por otro lado, existen algunas rutas que están surgiendo y seguro que tienen su justificación histórica, pero no están señalizadas. Hay gente que llega desde Oña o desde la zona campurriana.

Hace referencia a una bula papal de 1512 y a la importancia de este lugar como punto de peregrinación en la Edad Media. ¿Cuáles fueron sus orígenes?
Las dos reliquias más importantes del monasterio llegaron en el siglo VIII, una época en la que vivió Beato de Liébana, el monje que hizo los famosos códices. La peregrinación al monasterio, que fue fundado por Santo Toribio de Palencia, tuvo que ser muy temprana y comenzaría con la llegada del Lignum Crucis y los restos de Santo Toribio de Astorga.

¿El Camino Castellano Lebaniego hunde sus raíces en la misma época de la Historia?
Sí, totalmente. El monasterio de Santo Toribio ha dependido de Oña, de Valladolid y de León hasta fechas muy recientes. Entonces, la relación en el pasado con Castilla ha sido, seguramente, incluso más importante que con Cantabria. De hecho, todavía existen restos de albergues de peregrinos en la Montaña Palentina, así como varias referencias y estructuras.

También existe una bula catedralicia en Palencia que da licencia a los monjes para peregrinar hasta Liébana.

Por otro lado, estoy convencido de que la relación entre el monasterio y Castilla era constante y las leyendas unen ambos lugares. Se cuenta que hubo un intento de traslado del Lignum Crucis a Valladolid que se detuvo en el puerto de Piedrasluengas, donde la mula se dio la vuelta y volvió al punto de partida. La tradición, la historia, los archivos y las ruinas demuestran la peregrinación desde antaño.

En la actualidad, ¿por qué razones peregrinan los crucenos hasta Santo Toribio?
Prácticamente el 50% de los peregrinos lo hace por cuestiones religiosas, pero también hay gente que lo hace como reto deportivo y por disfrutar de la cultura y de la naturaleza.

Tanto el Camino Lebaniego Castellano como el resto de los itinerarios atraviesan una gran cantidad de espacios naturales antes de llegar a Liébana. Además, el monasterio está enmarcado en el Parque Nacional de los Picos de Europa. Las vistas y el disfrute medioambiental son muy importantes para los crucenos.

¿Qué perfil tiene quien decide marchar a Liébana?
Cada vez se está internacionalizando más el cruceno porque estamos asociados con la Federación Europea de Caminos de Santiago y nos publicitamos y promocionamos con Turespaña a través de todos los canales internacionales. Ya hay historias para contar de gente que ha venido andando desde Roma o desde Málaga. Pero la mayoría siguen siendo españoles, sobre todo de Cantabria, de las comunidades límitrofes y de otras como Madrid.

Si nos fijamos en las edades, la mayoría tiene entre 45 y 65 años y una de sus aficiones es andar. Todos los caminos a Santo Toribio requieren un cierto nivel físico al atravesar montañas.

¿Hay muchas diferencias entre los que optan por el Camino Castellano respecto a otros?
No. Además, estamos viendo que hay caminantes que hacen varios y cada año comentan que han hecho una ruta diferente para llegar hasta Liébana.

A la persona que llega al monasterio se le entrega un documento acreditativo conocido como La Lebaniega. ¿Qué requisitos mínimos debe de cumplir el cruceno?
Creemos que la peregrinación es algo personal y no ponemos ningún tipo de trabas a la hora de recibir La Lebaniega que expide la Diócesis de Santander. No se exige ningún formalismo más allá de pasar por la puerta del Perdón, rezar y arrepentirse de los pecados.

Otra cosa es la credencial del peregrino, que se tiene que ir sellando allá por donde se pasa y es la que verdaderamente demuestra el itinerario y los kilómetros realizados.

¿La Fundación Camino Lebaniego concede algún tipo de certificado a los crucenos que llegan a Santo Toribio?
No. Nosotros lo único que hacemos es sellar las credenciales en las oficinas de turismo. Cuando el peregrino llega al monasterio se pone un sello especial, aunque en este Año Jubilar el obispado ha diseñado uno específico.

Ha explicado que en las oficinas de turismo se marcan las credenciales. ¿Se puede hacer en algún lugar más?
En cualquier lugar donde le pongan un sello con el nombre de la localidad que atraviesa. No tienen por qué ser sellos oficiales. El de un hotel, una posada, un restaurante o una gasolinera también son válidos.

¿Qué cifras esperan alcanzar en este Año Jubilar?
Esperamos llegar a los dos millones de visitantes totales en Liébana a lo largo de todo el Año Jubilar.

En relación con los peregrinos, entre abril de 2017 y 2018 recibimos a unos 20.000 y aspiramos a superar la cifra. Pero a la hora de la verdad tampoco nos importa tanto el número. Preferimos que sea un camino reconocible, diferenciado y que atraviese los espacios naturales y las maravillosas localidades de Cantabria y de Palencia. Que sea otra opción más ecológica y sostenible. No se nos pasa por la cabeza ni pretendemos llegar a los datos tan altos que registran en Santiago de Compostela.

A través de la vertiente palentina, calculamos que llegaron en torno a unos 400 peregrinos. Es un camino muy utilizado por ciclistas, porque es sencillo marchar junto al Canal de Castilla y Piedrasluengas es más tendido por el lado de la Montaña Palentina que por la parte cántabra.

En una provincia atravesada de este a oeste por la ruta francesa del Camino de Santiago, probablemente uno de los itinerarios culturales y religiosos más famosos del mundo, es inevitable hacer comparaciones entre ambos. ¿Qué ventajas puede tener ir hacia Liébana en vez de hacia la capital gallega?
Al ser más corto, el Lebaniego se puede hacer en menos tiempo. Pero, para mí, también tiene otro punto a favor: no está masificado. Los albergues abiertos en la parte cántabra son pequeños y muy personalizados. Esperemos que en Palencia y en Castilla y León pongan en marcha instalaciones similares que permitan una mayor peregrinación. Además, es una ruta más solitaria, más tranquila, donde se comparten más las experiencias y donde se disfruta de un medio ambiente excepcional.

En el Camino del Norte o en el Francés se atraviesan, en determinadas ocasiones, grandes pueblos y ciudades, pero aquí no. Constantemente se pasa por pequeñas localidades y aldeas, lo que hace que es trayecto sea más íntimo.

¿Qué tendría que mejorar el Camino Castellano Lebaniego?
La apertura de albergues. Es complicado, pero para nosotros ha sido una experiencia de lucha contra el despoblamiento exitosa. La mayoría de estas instalaciones están regentadas por gente que llegó de fuera de la región y empezó a vivir en los pueblos. 

La administración tiene que generar albergues y sacarlos a concurso. No solamente es hacer el edificio, es también buscar a las personas que lo lleven y lo adecúen. Además, deben promocionarlo de tal manera que el número de peregrinos lo haga sostenible económicamente. No vale de nada generar albergues si luego no va gente. Es un trabajo de muchos años y de mucha constancia.

En un mundo en el que siempre miramos el bolsillo no sé si puede aventurar el rendimiento económico del Año Jubilar por tierras palentinas
El Camino Lebaniego Castellano es, para mí, el más bonito y el que más posibilidades tiene a la larga. Ahora mismo no.  Es el Camino Cántabro el que más se ha desarrollado, pero el Castellano puede generar una peregrinación que favorezca la aparición de negocios rurales como en Cantabria, donde hay pueblos con solo cinco negocios que dependen todos de la ruta. Y estamos hablando aún con cifras pequeñas.

Todas las personas que llegan a Liébana tras atravesar la Montaña Palentina hablan de lo bonita que ha sido su experiencia. Por ello, creo que, teniendo el recurso, aunque sea a la larga, hay que dotarlo de servicios para que pueda ser utilizado.

¿La Fundación Camino Lebaniego organizará actividades en Palencia en los próximos meses?
Hoy, lo importante es la apertura de la puerta del Perdón, pero nuestra idea es promover actividades. Querríamos llevar una exposición y un ciclo de conciertos a la catedral palentina y hacer algún evento. Estamos en contacto con la presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén, que siempre nos ha mostrado su simpatía y su aprecio por el Camino LebaniegoCastellano. Hay que destacar que la institución provincial palentina creó su propia credencial y que la ruta está totalmente señalizada en  vuestra provincia. Estamos en contacto con ella, al igual que con la catedral, que está encabezada por Manuel Herrero, un obispo que procede de un municipio del Camino Lebaniego Cántabro, Serdio. Además, el obispo cántabro, Manuel Sánchez Monge, es palentino.

¿Qué papel están teniendo las administraciones públicas en este lado de la Cordillera Cantábrica para difundir el Camino Lebaniego Castellano?
El haber mantenido la señalética del camino es ya muy importante. Ahora creo que el siguiente paso sería dotarlo de servicios y generar albergues para que los crucenos puedan alojarse. Hasta que no existan esos albergues, la peregrinación no podrá crecer. Es lo que nos pasó a nosotros. Tenemos la suerte de que ya lo vivimos aquí y estamos encantados de poder ayudar a ponerlo en marcha en Castilla. Es duro, es difícil y la administración tiene que hacer un esfuerzo importante.

Respecto a los ayuntamientos, con los que más hemos hablado ha sido con Cervera de Pisuerga y La Pernía. Por su parte, la Junta de Castilla y León declaró BIC las rutas de Sahagún y la Castellana.

¿Qué lugares de la ruta a su paso por Palencia destacaría?
Hay muchos pueblos, como Frómista. En la Montaña Palentina me gusta especialmente Estalaya. A los que somos del norte nos llama mucho la atención el Canal de Castilla y los peregrinos hablan de los bosques que atraviesan en la comarca de la Montaña.

Después de coronar el puerto de Piedrasluengas, el Camino Lebaniego Castellano pasa por localidades de Cantabria antes de la meta. ¿Qué lugares son dignos de admirar?
El hórreo de Avellanedo, que se va a restaurar, es un bien de interés muy bonito, pero, sobre todo, Santa María de Piasca, donde se está haciendo un centro del románico en el que se remarca, precisamente, su relación con todo el románico palentino. Fue el lugar donde tuvo el taller el cantero Juan de Piasca, un artista que trabajó en el norte de Palencia.

Aparte del Camino Lebaniego Castellano y otras vías más modernas de comunicación, ¿qué une a ambos territorios?
Nos unen muchos siglos de historia y nos seguirán uniendo. La unión histórica y cultural es total y absoluta. Siempre bajaban los de Cervera y La Pernía a Liébana y al revés, subíamos los lebaniegos a las romerías palentinas. Me gusta ver mucho las fotografías de Piedad Isla y comprobar cómo el paisaje y el paisanaje eran iguales a ambos lados del puerto.

Por último, ¿por qué recomendaría ir a Santo Toribio de Liébana?
Es una experiencia marcada por el entorno, por el disfrute y por la amistad. Personalmente, creo que peregrinar, además de una actividad religiosa, deportiva o cultural, es social. Poder salir al camino y recorrerlo es una magnifica manera de hacer turismo y de relacionarte con otras gentes.