Gafas para enfocar desde Perú un mundo más justo

Rubén Abad
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La optometrista Vicky Alonso viajará a la ciudad de Paita con 700 unidades y aparatos como un oftalmoscopio y un optotipo · Realizará un estudio con niños desnutridos de 2 a 5 años de edad

Gafas para enfocar desde Perú un mundo más justo

Los caminos de la optometrista Vicky Alonso y de la enfermera Mónica Calderón, ambas oriundas de Guardo, se cruzaron este verano con Domingo García, un sacerdote natural de la localidad de Santana de la Peña que desarrolla su actividad pastoral al otro lado del Atlántico, en la ciudad peruana de Paita. 

Por aquel entonces ambas se encontraban organizando sus vacaciones de verano y, ante el problema de desnutrición y enfermedades visuales que les describió el religioso, ni una ni otra dudaron en poner rumbo a esta ciudad de 150.000 habitantes «tremendamente pobre» y dedicada tradicionalmente a una pesca que el cambio climático defenestró.

Inquietas por naturaleza, todoterrenos en todo lo que se proponen y tenaces en sus quehaceres cotidianos, Alonso y Calderón (que ya se encuentra sobre el terreno desde hace unos días y permanecerá por espacio de dos meses) dieron pronto con la labor que querían desarrollar: impulsar un estudio sociológico con más de 5.000 niños de entre 2 y 5 años de edad a los que atenderán cada una en sus funciones profesionales para detectar enfermedades vinculadas a la falta de ingesta alimentaria como la hipermetropía infantil (afecta al 90 por ciento de la población desnutrida) al no desarrollarse el ojo de la manera correcta.

En ese momento, Alonso inició una campaña de recogida de gafas usadas en la Óptica Alto Carrión, el negocio que regenta en el número 29 de la avenida Castilla y León de Guardo. Amigos, clientes habituales, vecinos del pueblo y laboratorios con los que habitualmente trabajan comenzaron a colaborar entonces en una gran iniciativa que ha desbordado todas sus expectativas, pues ha logrado hasta la fecha 700 unidades -entre ellas un centenar de sol- ya clasificadas con sus diferentes dioptrías. 

«El pueblo de Guardo ha vuelto a volcarse como hace siempre que se le pide colaboración por una causa justa», reitera la optometrista, quien viajará entre el 27 de octubre y el 18 de noviembre hasta Perú para ayudar a sus habitantes a ver un poco mejor el mundo o, al menos, a hacerlo algo más justo.

Para lograrlo, su maleta irá cargada no solo de las 700 gafas que ha conseguido reunir, sino de aparatos como un oftalmoscopio de mano para realizar valoraciones sobre el terreno, un optotipo (la típica pantalla luminosa donde los pacientes leen las letras con mayor o menor suerte) y una gafa de prueba con sus respectivas lentes. «La falta de recursos de la población es brutal. Son extremadamente pobres y hay un problema tremendo de hambre en la ciudad», lamenta.

ESTUDIO ITINERANTE

Alonso y Calderón viajarán por pistas de tierra y barro (no hay carreteras al uso) para llegar hasta sus potenciales pacientes, de cara a realizar un estudio «muy riguroso y fiable» con el que esperan conseguir una «ayuda permanente» para estos habitantes desfavorecidos a través del Gobierno de aquella nación.

Ya habituada a colaborar en otros proyectos internacionales de recogida de gafas en Nepal, Marruecos o Sudáfrica, Alonso viajará provista de las graduaciones que espera encontrarse, al ser las más habituales en esta población. No obstante, una vez de regreso a España, les hará llegar más gafas a los peruanos entre los que detecte necesidades especiales gracias, en este caso, a la colaboración de Fundación La ruta de la luz.