Vox expulsa al edil Ricardo Carrancio tras su reprobación

Carlos H. Sanz
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El concejal, condenado por insultar y golpear a una persona con discapacidad, asegura que no entregará su acta y continuará solo

Vox expulsa al edil Ricardo Carrancio tras su reprobación - Foto: Óscar Navarro

El concejal de Vox, Ricardo Carrancio, fue reprobado ayer por el pleno del Ayuntamiento tras ser condenado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Palencia al pago de una multa de 450 euros como autor de un delito de maltrato de obra por llamar «puto cojo» y golpear en el pecho con la mano a un ciudadano con una discapacidad. 

Apenas un par de horas después de que eso sucediera en el salón de plenos del Ayuntamiento, Ricardo Carrancio era expulsado del grupo municipal por sus compañeros Sonia Lalanda y Emilio Polo, lo que le convertirá en concejal no adscrito porque no renunciará a su acta.

La moción presentada por el grupo municipal de Izquierda Unida-Podemos salió adelante gracias al apoyo de los concejales del PSOE e IU-P. Rodrigo San Martín, portavoz de IU-P, alegó que «este tipo de atentados contra la dignidad de las personas no tienen cabida en nuestra sociedad y han ser rechazados por todos», por lo que, además de la reprobación, solicitó la dimisión como concejal y diputado provincial de Carrancio.

Tanto el Partido Popular como ¡Vamos Palencia! optaron por la abstención ya que, si bien recriminaron el comportamiento del edil de Vox, incidieron en que solo él tiene la potestad de renunciar a su acta de concejal.  «Sea una persona con discapacidad o no, nadie debe ser insultado o agredido. Estamos en contra de toda violencia por lo que reprobamos su actitud», aseveró el portavoz de ¡VP!, Domiciano Curiel. «No se ha hecho ningún favor en no dar explicaciones ni hablar a la ciudadanía hasta hoy. Salir pidiendo disculpas era su mejor opción», sostuvo Víctor Torres, portavoz del PP.

Y, aunque el PSOE, también dejó claro que debía ser el edil quien renuncie al acta, sí votó a favor porque «no reprobar esta agresión significa trasladar que la violencia puede tener justificación». 

Pese a que todos los ediles de la corporación dieron la espalda a Ricardo Carrancio, este dejó claro que no renunciará a ser concejal. En su intervención argumentó que «nunca» cometió los hechos que la sentencia da por probados y que se produjeron antes de su nombramiento como concejal y diputado provincial. También incidió en que acata el fallo del tribunal pero «no es firme y es recurrible». «Por lo tanto, si entregara el acta estaría dando conformidad a algo que no he realizado», recalcó.

«Como edil independiente no afiliado a ningún partido político, si no es acompañado, seguiré sólo», dejó claro Carrancio a sus compañeros de corporación pero, sobre todo, a los de su grupo municipal. 

«traición». Y es que la crítica más dura a Ricardo Carrancio llegó desde sus propias filas. La portavoz de Vox, Sonia Lalanda, y el edil Emilio Polo solicitaron a su compañero «que abandone de forma inmediata el grupo municipal». «Por su deslealtad, engaño, uso de la mentira, instrumentalización del grupo municipal en su beneficio, traición, falta de compañerismo y desprecio», enumeró Lalanda, que también dijo de quien ocupó el número 3 de su candidatura que «no alcanza el nivel mínimo exigible a un representante de los ciudadanos». «Quien va a ser concejal y diputado provincial no puede permitirse el lujo de envolverse en la soberbia y esperar a que el manto del silencio lo borre todo», le espetó también Lalanda. 

Pese al grueso de la críticas -hubo muchas y algunas de calado personal-, Vox optó por abstenerse. Sin embargo, horas después, lo que durante el pleno quedó en una petición pública a Ricardo Carrancio para abandonar el grupo municipal, se materializó con firma y sello en su expulsión del grupo. 

El pleno de ayer evidenció la fractura que existe no solo dentro del equipo municipal de Vox, sino también entre este y el partido a nivel provincial, que guarda un silencio sepulcral sobre este asunto. 

Carrancio acusó a Lalanda de «perseguir intereses personales» a costa de los suyos; y esta desveló que no supieron nada de la sentencia hasta que fue publicada; que el día en el que se celebró el juicio, Carrancio alegó no podía asistir al pleno «porque estaba enfermo» y, por lo tanto, «engañó a sus compañeros, a la alcaldesa, al pleno y a los palentinos»; o que «estaba negociando con el PSOE» la ordenanza de terrazas a espaldas del grupo municipal.

En su respuesta, su ya excompañero le recriminó no votar a favor de la moción pensando en «su proyección política». «Pero se les ha acabado porque hace un mes y medio en el partido le abrieron la puerta a los dos», sostuvo Carrancio.

Consecuencias de la fractura de Vox en el Ayuntamiento y la Diputación 

La expulsión de Ricardo Carrancio del grupo municipal de Vox le convierte en concejal no adscrito y plantea dos preguntas. La primera es cuál será a partir de ahora su papel en el Ayuntamiento. La ley dice que los derechos políticos de los concejales no adscritos no pueden ser superiores a los que le corresponden por permanecer en su grupo político. Esto quiere decir que no se ganará un asiento en las comisiones ni en la Junta de Gobierno. Carrancio no participaba en ninguna de las 10 comisiones informativas por decisión de su grupo político  por lo que no deberá ser sutituido. Sí tendrá derecho a asistir a todas con voz pero sin voto, ya que debe estar suficientemente informado para votar en el pleno. Cabe recordar que el último concejal no adscrito fue Jesús Mateo Pinilla, que abandonó la bancada del PP al final del mandato 2011-2015.

La segunda pregunta a responder es qué ocurrirá con su acta de diputado provincial. Ser expulsado del grupo municipal no es lo mismo que serlo del partido. Vox deberá pronunciarse sobre la continuidad de Carrancio. Si le echa, se debe tener en cuenta que es diputado a propuesta de los concejales de Vox en el partido judicial de Palencia. Los servicios jurídicos de la institución deberán estudiar si puede mantener su acta o está protegida como en el caso del Ayuntamiento y quedaría como no adscrito dentro del grupo mixto. Si no le expulsa, seguiría siendo la voz de Vox en la Diputación.