Luis Zueco se ha convertido en muy poco tiempo en uno de los autores de novela histórica más importantes de nuestro país. Ahí están las espectaculares cifras de sus ventas y el hecho de que varias de sus obras han sido traducidas ya al polaco, al portugués o al italiano. Nacido en la localidad zaragozana de Borja en 1979, este ingeniero técnico industrial es también Licenciado en Historia, tiene un máster en investigación artística e histórica y ha sido estrecho colaborador de varios medios de comunicación. Ha cosechado un éxito internacional sin precedentes con su trilogía: El castillo, El monasterio y la Ciudad, tres obras que llevan su impronta, con una adictiva trama de intriga. El mercader de libros, con el que consiguió el prestigioso premio Ciudad de Cartagena, y El Cirujano de Almas lo han situado en un lugar privilegiado, sólo destinado a los elegidos, dentro del panorama literario español. Ahora presenta El tablero de la Reina, quizás su obra más ambiciosa, en la que consigue entrelazar de manera fascinante uno de los momentos más cruciales de la historia de Castilla con, sin duda alguna, el juego más importante de la historia; el ajedrez. 

¿Cómo surgió la idea de confeccionar esta novela tan apasionante ? 
Yo estoy siempre en busca de temas originales para mis novelas y llevaba tiempo con el proyecto de un libro donde el ajedrez fuera el hilo conductor. El ajedrez tiene más de 1.500 años y está ahora más de moda que nunca, tiene que haber una poderosa razón que yo exploro en la novela. Para ello tuve que investigar durante largo tiempo la mejor época para ambientarla y los personajes históricos que podían protagonizarla.

No hay duda de que eres un gran aficionado al ajedrez. Al comienzo del libro das varias pinceladas de cómo el juego ha ido evolucionando a lo largo de los años y de cómo nuestro país es hoy un referente. Como señalas, las piezas más antiguas de Europa se encuentran en el pueblo leonés de Peñalba de Santiago. ¿Qué es lo que más te ha sorprendido en tu proceso investigador? ¿Por qué crees que en España no hemos sabido exportar o vender estas bondades?
La investigación fue extensa, la historia del ajedrez es muy rica. Desde su invención en la India hasta los míticos torneos en plena Guerra Fría o incluso las disputas entre los primeros grandes ordenadores y los campeones del mundo por dilucidar si las maquinas eran o no más inteligentes que nosotros. Pero la clave fue encontrar que España es la cuna del ajedrez moderno, esto es excepcional. Y en efecto no hemos sabido explotarlo, es algo recurrente en nuestra historia. Yo creo que porque nunca nos ha importando el relato y esto es un error. El relato es esencial, porque además si tú no lo escribes, otros lo harán por ti de forma que favorezca a sus intereses.

Descubrir que España es la cuna del ajedrez moderno fue la clave para escribir la novela"

La novela arranca en un momento histórico, no sólo para Castilla, sino también para el ajedrez, donde la reina todavía es denominada alferza y no tiene la capacidad de movimiento actual. El ajedrez se ha vuelto lento y un tanto aburrido.  La revolución posterior, tal y como hoy lo conocemos, vino, entre comillas, de la mano de la reina Isabel. ¿Se puede afirmar que este cambio es una de las primeras señales de empoderamiento de la mujer? 
El ajedrez en el siglo XV demandaba un cambio a todas luces porque además era consecuente con un mundo que estaba transformándose y llegando al Renacimiento. Si no se hubiera producido, el ajedrez hubiera pasado a un segundo plano. Y este cambio vino inspirado en Isabel de Castilla, creo que no somos conscientes de lo que supuso esta mujer para la historia mundial. Es la primera gran reina europea, y la primera y única mujer que ha ostentado semejante poder en toda nuestra historia. 

Fue una época muy convulsa, con levantamientos de ejércitos privados, abusos, falta de justicia… ¿Era un gran tablero de juego?
El final del siglo XV es apasionante, el mundo está en proceso de cambio: la imprenta, la caída de Constantinopla, la circunvalación de África, el descubrimiento de América, el humanismo, el nuevo concepto de monarquía, el auge del comercio, el Renacimiento… y la configuración de reinos muy poderosos que dominarán el mundo en los próximos reinos, y por encima de todos ellos el de España.

Gadea es otro ejemplo del cambio de patrón de la mujer en aquella época. Una joven que vive feliz, pero que pierde a su familia de un plumazo durante el fuego de la Magdalena de Toledo. Es muy crítica con el machismo que impera en el medievo a lo largo del libro. Sin duda, es una mujer de carácter, diría incluso que impropia de aquella época. ¿Es Gadea la verdadera heroína?
Sin duda, porque también se puede ser una heroína sin empuñar un arma o sin ser un gran noble o de la realeza. Eso es lo que quiere destacar la novela, hay muchas formas de cambiar el mundo.

No somos conscientes de lo que supuso Isabel de Castilla"

Aprende a jugar al ajedrez con su abuelo, perfecciona sus habilidades con el fraile anacoreta y termina por convertirse en el mejor jugador del reino, derrotando a sus contrincantes incluso con los ojos vendados. ¿Estamos ante la reina del tablero? 
Que la figura más poderosa de un juego medieval, como es el ajedrez actual, sea una mujer es excepcional. Porque desgraciadamente no se corresponde con la época, donde existe una gran desigualdad en todos los estamentos. Así que ese cambio de reglas, el que una figura femenina sea la más poderosa del juego más importante de la historia, es una revolución.

Entre los consejos de Fray Luis, hay uno que destaca por encima del resto; «La vida consiste en encontrar tu camino». ¿Ha encontrado Luis Zueco su camino con la novela histórica? 
Sí, me está proporcionando unas alegrías enormes, con cada vez más y más lectores. Mis obras se caracterizan por el ritmo, por usar elementos de otros géneros, por intentar innovar y buscar que sean accesibles a todo el público, independientemente de la edad o de si les gusta la historia o no. Este creo que es el camino, mi camino. 

Paralelamente, nos encontramos con Rodrigo Muniesa, Ruy. Ese inigualable cazador de manuscritos, defensor a ultranza de la labor de los cronistas. Es él quien descubre el libro de los juegos de Alfonso X, el rey sabio. ¿Qué nos puedes contar acerca de ese libro que conforma parte de la columna vertebral de tu obra?
He de confesar que a mí me apasiona Alfonso X por muchas razones, y su libro de los juegos es clave en mi novela. Es extraordinario que el rey sabio dedicara gran parte de esta obra al ajedrez. Esto solo demuestra la trascendencia que tenía en aquella época para la política, la diplomacia, la convivencia y hasta para el cortejo.

Que la figura más importante de un juego medieval sea una mujer es excepcional"

La información entonces como hoy era uno de los mayores tesoros. Da la sensación de que ya existían cronistas que lanzaban fake news…
Desde luego, la campaña de acoso y derribo que sufre el rey Enrique IV es increíble, igual que la que padece años después Juana la Loca. En este aspecto, el mundo no ha cambiado tanto en estos siglos, sí lo han hecho los medios.

Hay otro protagonista; Tello. Un asesino capaz de mimetizarse, ágil como nadie a la hora de matar. Es un asesino profesional, sin escrúpulos. No sabe jugar al ajedrez, pero sí defenderse en el campo de batalla. ¿Quién era Tello? 
Uno de tantos mercenarios que había, hombres de armas hábiles y astutos. Que se ganaban la vida de esa forma tan cruel. Su personaje nos sirve para darnos cuenta de lo duro que era vivir en aquellos tiempos.

En Burgos, Gadea se percata de que el ajedrez, ese juego de reyes, es practicado por casi todo el mundo y además se apuesta por ello. ¿La que llegó a ser la cabeza de Castilla también pudo haber sido la capital del ajedrez?
Cuando se produce un cambio tan relevante como el de la reina del ajedrez, tuvo que suscitarse esa necesidad en un amplio territorio. Los cambios son largos y complejos, y rara vez se identifica donde surgen por primera vez porque cuando triunfan es porque se extienden rápido, ya que hay un caldo de cultivo que los demanda. Así que el nuevo ajedrez pudo nacer en cualquier gran ciudad de España en el siglo XV, y desde luego Burgos lo era.

El arzobispo Carrillo es el conspirador de la corte. Hace y deshace a su antojo, con el único objetivo de obtener su beneficio, manejar a todos y convertirse en cardenal. Es él mismo quien está detrás de Tello. Quizás sea mucho elucubrar, pero ¿Carrillo podría ser el alfil y Tello el peón?
Así es, la mayoría de nosotros somos peones, los peones son el pueblo, son la infantería en la guerra, son los gremios de las ciudades. Pero cuidado con los peones, porque si coronan la octava casilla se transforman en una figura más poderosa y decisiva.

Parece más que evidente que el ajedrez era una metáfora de aquella época en todos los ámbitos, la corte, la vida, el amor… ¿Fue nuestro particular Juego de tronos?
La dinastía de los Trastámara es apasionante y muy novelesca, sin duda la que más de nuestra historia. Las cortes medievales no eran tan parecidas a Juego de tronos pero los Trastámara sí.

La campaña de acoso y derribo que sufrió Enrique IV fue increíble"

La reina Isabel rechazó matrimonios que estaban concertados, como el del rey de Portugal, se casó con quien quiso, haciendo caso omiso de las órdenes de Enrique IV. Incluso se coronó reina sin su esposo. Fue una mujer adelantada a su tiempo…
Fue una precursora de una nueva era, puesto que en la Edad Media ninguna reina fue tan poderosa como ella. Es la última reina medieval y la primera moderna. 

Fue la convicción y el arrojo de la propia Isabel los que la llevaron al trono y, por ende, el ajedrez cambió de reglas...
Isabel cambió las reglas, esta idea es la que marca la novela. Si quieres cambiar el mundo no puedes romper el tablero, pero sí crear unas reglas nuevas. Eso sí, no es fácil y la resistencia será feroz.

¿Cuál es la mayor curiosidad que has descubierto sobre ella? 
En la novela me centró en sus años de infanta y princesa, no en cuando ya es reina. Así que solo hablando sobre su juventud yo destacaría la relación con su hermano Alfonso. Un personaje totalmente olvidado por la historia de manera muy injusta. Isabel es continuadora de su labor y sus objetivos.

En la novela se relata la teoría de cómo pudo ser la concepción de Juana La Beltraneja. Háblanos de esa teoría que hasta ha defendido algún médico…
Sin duda es una historia curiosa, yo creo que sí era hija del rey. Pero eso poco importa, porque la realidad es que en aquella época lograron sembrar la duda y manchar la imagen de esta niña. Lo que era seguro es que el rey tenía problemas para tener hijos y parece ser que los médicos idearon una precaria fecundación in vitro a través de una cánula de oro.

Describes la vida de los verdugos en el medievo de manera excepcional. Ahí está el caso de Ismael. ¿Cómo eran estos inquietantes personajes de la corte?
Son personajes muy atados a esta época, pero es que son imprescindibles para ejecutar la justicia. Yo siempre me he preguntado cómo serían, qué pensaban, cómo era su día a día, su forma de relacionarse con sus vecinos… Todo esto lo he explorado en la novela y la verdad es que el personaje del verdugo es mi favorito.

Antes de  arrancar la novela, dedicas unas páginas al caso de la ucraniana Anna Muzychuk, que en 2017 se negó a jugar el campeonato mundial de ajedrez en Arabia Saudí por el trato denigrante de ese país con las mujeres. ¿Queda aún mucho camino por recorrer? 
Sí, pero lo importante es que se está recorriendo. Es esencial conocer la historia para entender ese camino, las dificultades que ha tenido y que tiene, de qué situación venimos y en la que estamos ahora. Esto se puede aplicar a todos los aspectos de la vida. La historia es una herramienta poderosa e imprescindible para conocer mejor el mundo actual y lo que nos puede deparar el futuro.