El cómic y la novela gráfica están pasando por un momento muy dulce. Creación e industria van de la mano en un género o medio de expresión que ha sabido no solo adaptarse a las nuevas tecnologías sino convertirlas en un soporte a su servicio con el que ha conseguido abrir mercado a millones de nuevos lectores.

 Cuatro de las figuras mundiales del cómic y la novela gráfica estarán hasta el viernes en el Centro Cultural de la Antigua Cárcel de Palencia para transmitir parte de sus conocimientos a privilegiados alumnos dentro del I Festival Internacional ÑAM que se celebra hasta el domingo. Mat Madden, Scott McCloud, David Aja y Jorge González coinciden en dar una visión del mundo del cómic más que positiva y con buenas expectativas de futuro.

«En los últimos 20 años se ha producido una madurez a nivel creativo en cuanto al trabajo de los autores, una mayor sofisticación de los lectores y también una mayor variedad de ellos; hay más niñas y mujeres que se han incorporado gracias al Manga japonés, a Internet y a la novela gráfica», describe el dibujante, profesor, traductor y editor estodounidense Mat Madden.

«El cómic y la novela gráfica está pasando por un excelente momento de salud», corrobora el escritor, dibujante e innovador Scott McCloud, creador del cómic de 24 horas. «Hay una gran variedad y diversidad gracias al empeño y ambición de los artistas por crear buenas historias,  trasladar cómo ven su mundo, y gracias a la gran calidad gráfica de los trabajos», añade.

Libertad del autor. El laureado vallisoletano de interiores y portadas para series de Marvel, David Aja, apunta que también en los últimos años se ha producido un cambio fundamental en el concepto de la libertad del autor que favorece al sector. Esta libertad, explica, supone que «se puede hacer lo que uno quiera sin limitaciones de página ni de formato y ello ha llevado a que el cómic de toda la vida haya ganado la gran superficie; te puedes encontrar a Supersépolis en el Fnac o el Corte Inglés». Con ello, se ha conseguido, apostilla, que se llegue a un lector que antes consideraba al tebeo como algo «inferior, para niños». «Más salida industrial, más mercado y más aceptación por el público; que salga del gueto, siempre es bueno», confirma.

Durante su estancia en Palencia estos tres autores junto a Jorge González impartirán tallares y participarán en conferencias para acercar este medio de expresión tanto a aficionados como a los profesionales que quieran profundizar en sus conocimientos. España no escapa al buen momento que está atravesando este medio de expresión y cuenta con reconocidos profesionales que han alcanzado el éxito fuera de nuestras fronteras. A ello contribuyen sin duda las nuevas tecnologías que, como reconoce David Aja, permiten llegar a cualquier sitio.

Otro mundillo del cómic en Internet. Lejos de suponer un obstáculo, Internet ha contribuido a dar una mayor difusión al cómic y a la novela gráfica, abriendo nuevos mercados, adaptándose al soporte y todo ello sin que haya supuesto la desaparición del papel. «Existe otro mundillo del cómic en Internet con autores y lectores que no saben nada de ni de Spiderman, ni de Superman; que no conocen, la novela gráfica o el Manga», asegura Madden. «Es tan grande y autosuficiente que existe por si solo y me parece algo fascinante», apostilla.

Scott McCloud como uno de los propulsores de cómic en Internet afirma que con independencia del soporte, el cómic sigue siendo cómic. «No hay ningún tipo de historia que el cómic no pueda transmitir, ya sea en papel impreso o través de Internet», sentencia. Sí destaca que la red de redes ha contribuido a que se ponga en valor el trabajo que se hace sobre el papel. «Internet nos muestra la belleza del cómic impreso», afirma. David Aja considera que como medio de expresión el tebeo «no va a desaparecer nunca». «Como la literatura o el cine no puede morir, podrá tener un mejor o peor momento industrial pero como medio de expresión es tan válido como cualquier otro y seguirá existiendo siempre», incide.

Aja vaticina que en el futuro se tenderá a que el papel se convierta en un «producto más fetichista». «A mi, por ejemplo, me gusta olerlos cuando salen nuevos; y el poder tocarlos u olerlos solo lo posibilita el soporte impreso», explica.