La demanda de carburantes de automoción continuó recuperándose en la primera mitad de 2023, pese al final del descuento de los 20 céntimos para el repostaje no profesional, y se elevó un 2,4 por ciento entre enero y junio, cuando mejoraron sus precios, aunque todavía es un 3,8 por ciento inferior a la del 2019, el año previo al estallido de la pandemia. Habrá que esperar al final del periodo vacacional para comprobar el impacto de la escalada de precios estival de los carburantes.

Los datos que facilita la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), recogidos por Ical, indican que las estaciones de servicio de la Comunidad vendieron durante el periodo de estudio 954.594 toneladas de gasolina 95 y 98 y de gasóleo A, lo que supone 22.115 más que un año antes. En concreto, el consumo de gasolina 95 se situó en las 138.647 toneladas, con un avance del 6,4 por ciento respecto a 2022; y el de 98 sumó 6.274, con un crecimiento del 3,4 por ciento. El reportaje de gasóleo A siguió siendo mayoritario, con 809.673 toneladas, que representan un crecimiento del 1,7 por ciento.

Sin embargo, se repostaron 37.570 toneladas menos que en 2019. En concreto, respecto al año previo a la covid, el consumo de gasóleo A bajó un 5,9 por ciento y el de gasolina 98, un 24,3 por ciento. Por el contrario, creció el de gasolina 95 un 12,2 por ciento.

Por provincias, el consumo global de carburantes de automoción se contrajo sólo en León (161.249 toneladas) y Salamanca (124.241), un 12 y un 10,2 por ciento, respectivamente. Por el contrario, aumentó en Palencia (86.047), un 47,7 por ciento; en Burgos (166.970), un 14,1 por ciento; en Zamora (100.278), un 5,3 por ciento; en Segovia (61.098), un 3,3 por ciento; en Ávila (49.749), un 1,9 por ciento; en Valladolid (163.855), un uno por ciento; y en Soria (41.106), un 0,7 por ciento.

Gasóleo B

Cores analiza también el repostaje de gasóleo B, el destinado a la maquinaria agrícola, que está sufriendo un profundo retroceso esta campaña marcada por la crisis generada por la sequía galopante y el incremento del valor de los insumos. Los agricultores y ganaderos de la Comunidad consumieron hasta junio 265.023 toneladas de este carburante, lo que supo en un descenso del 18% respecto a 2022, y en cifras absolutas, una bajada en 58.311 toneladas.

El repostaje de gasóleo agrario se vio afectado por la situación que atraviesa el sector en todos los territorios de la Comunidad, y mermó en Palencia (23.842 toneladas), un 22,9 por ciento; en Soria (13.584), un 22,4 por ciento; en Segovia (23.867), un 22,1 por ciento; en Salamanca (29.506), un 20,4 por ciento; en Ávila (18.047), un 19,2 por ciento; en León (48.451), un 18,1 por ciento; en Valladolid (39.361), un 16,7 por ciento; en Burgos (38.476), un 16,6 por ciento; y en Zamora (29.890), un 7,5 por ciento.