El camino hacia la descarbonización de la movilidad es irreversible, y el compromiso que han demostrado administraciones y fabricantes en este empeño indiscutible. Al menos en Castilla y León, que fue la segunda comunidad autónoma del país en diseñar su propia estrategia de movilidad sostenible –después de Cataluña–, para sumarse a un objetivo común, el de la lucha contra el cambio climático.

Un compromiso decidido que manifestaron en el encuentro virtual organizado por el Grupo Promecal junto a BBVA sobre Movilidad Sostenible, retos y futuro, y en el que pusieron de manifiesto que es una transición necesaria, pero no de cualquier manera ni a cualquier ritmo. El viceconsejero de Economía y Competitividad de la Junta, Carlos Martín Tobalina, dejó claro que la transición debe hacerse de manera «ordenada e inteligente», a lo que el presidente del Foro de Automoción de Castilla y León (FaCyL), Félix Cano, añadió «teniendo en cuenta al mercado», ya que ambos alertaron del riesgo de que ir demasiado deprisa en esa transición podría tener efectos perniciosos en las capacidades industriales de la comunidad, es decir, en la economía y el empleo, toda vez que este sector constituye un 25% del PIB industrial y da empleo, directo e indirecto, a más de 40.000 familias en la región. Y más aún dada la situación actual de incertidumbre, con el encarecimiento de los precios de la energía y la escasez de las materias primas, que deja en el aire multitud de proyectos pendientes de financiación. «Las prisas no son buenas, pero en este caso, y con las circunstancias que nos están acompañando, todavía es peor», alegó Cano.

Precisamente sobre financiación habló José Manuel San Millán, responsable de Financiación y Sostenibilidad de BBVA en la territorial Noroeste, consciente de las dificultades por las que atraviesan las empresas de este sector, cuya facturación representa el 11% del PIB industrial en España y que «tiene un importante efecto tractor» sobre la economía de la región.

La descarbonización en la movilidad es un reto que deben afrontar administraciones, fabricantes y entidades financieras. - Foto: ÓSCAR SOLÓRZANO

No obstante, San Millán declaró que «apostar por la transformación del sector es clave para que siga siendo competitivo y mantenga su posición como segundo productor europeo y octavo del mundo», a pesar de ocupar las últimas posiciones europeas en vehículos electrificados e infraestructuras de recarga, reseñó.

Para ello puso a disposición de particulares, empresas y administraciones –para vehículos ligeros pero también flotas de transporte de mercancías o viajeros–, los mecanismos de financiación de la entidad que reúnen «experiencia, asesoramiento especializado y acompañamiento» en la toma de decisiones para contribuir a la transformación del sector, conscientes de las dificultades que acarrea la toma de este tipo de decisiones en este momento. «Las entidades financieras jugamos un papel fundamental en esta transición, por cercanía, capilaridad de la red, y capacidad de identificar las necesidades de los clientes y ofrecer soluciones» subrayó San Millán, que mencionó algunas de las alianzas estratégicas que han rubricado con asociaciones como Faconauto para impulsar el concepto de «concesionario sostenible o eConcesionario», y potenciar aún más herramientas como 'Valora Coches' o el 'Préstamo Coche Ecológico' para facilitar su acceso a este tipo de recursos.

PERTE con el freno de mano puesto

Instantánea del encuentro virtual organizado por Promecal y BBVA.

Fue inevitable hablar del Plan de Recuperación estatal y del famoso proyecto estratégico del vehículo eléctrico (PERTE) para este sector, que no encontró una buena consideración. «Demasiado alambicado» declaró Tobalina, que impide una mayor eficiencia en su aplicación, y que consideró falto de éxito. «Yo voy a decir lo que el viceconsejero no ha querido decir, ha sido un fracaso», manifestó Félix Cano, presidente de FaCyL, quien recordó que «de los 3.000 millones destinados se han asignado apenas 800», y que coincidió con el viceconsejero en que acceder a esos recursos supone comprometer los recursos de la empresa o recurrir al apalancamiento externo, vías ambas que a día de hoy suponen un riesgo por el elevado precio del dinero y los costes de producción que «afectan al margen de contribución de las empresas que no se pueden trasladar», incidió Tobalina.

Con todo, desde BBVA, José Manuel San Millán, recalcó que «estamos en un momento clave para aprovechar la llegada de los fondos europeos», conscientes de que supone un cambio cultural en el que nos debemos implicar, a pesar de la incertidumbre, ya que una movilidad eléctrica, particular o de empresa, conlleva ahorros si miramos el ciclo de vida del vehículo frente a los motores de combustión, y para lo que la entidad se puso a disposición para asesorar y acompañar en ese proceso de transformación.