Carnaval: El alquiler también es una opción en estas fiestas

César Ceinos
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Los trajes de bucaneros o de vikingos están entre las preferencias más habituales a la hora de vestirse con un traje que luego hay que devolver

Ángela Maestro - Foto: Óscar Navarro

Pedir un disfraz, recogerlo, usarlo, disfrutar con él (básico en estos días) y, por último, devolverlo a la tienda de origen. En las fiestas de Carnaval también existe la opción de alquilar el vestuario para ir de fiesta, participar en un pasacalles o tomar parte en un concurso.

Así lo asegura la palentina Águeda Maestro, responsable de Vestuario Águeda. Va camino de cumplir tres décadas en este negocio y explica que las fechas previas a la celebración de DonCarnal «gracias a Dios son de ajetreo», ya que recibe a los clientes buscando sus trajes. En este caso, muchos acuden sin una idea fija y es ella la que les asesora a la hora de la elección. La única excepción es cuando un interesado sabe de qué quiere ir disfrazado antes de entrar por la puerta. «Hago un tratamiento personalizado, ya sea una  sola persona la que venga o un grupo entero.Acerco al disfraz a quien se lo va a poner. Da igual que sea un traje de pingüino o que sea uno del rey Alfonso XII», manifiesta esta empresaria especializada en trajes. 

Respecto al disfraz que se llevan de la tienda, Maestro explica que entran en juego varios factores: si la fiesta tiene lugar en el interior de un edificio o en la calle o si el grupo en el que está enrolada la persona que acude a su establecimiento tiene una temática en concreto. En esta ocasión, los trajes que más ha alquilado han sido los de bucaneros -«que son los reyes de la fiesta», añade-  y los de vikingos, «que tienen mucha salida». «Tienen piezas que si estás dentro de un local se pueden quitar», declara antes de comentar que la gente «cuida bien las cosas» y devuelve el traje en condiciones adecuadas. «Me preguntan que si tienen que lavarlo antes de dejármelo y digo que no, que eso lo hago yo. El traje tiene que venir sucio después de haberse usado.Si llega limpio como salió no es buena señal», declara Maestro.

Por otro lado, manifiesta que el alquiler de disfraces y de sus correspondientes complementos «al completo» es una opción que está creciendo en los últimos años tras un período más bajo. El boom de los bazares provocó que muchos decidieran acudir a estos establecimientos. «Luego, con el paso del tiempo, han vuelto», comenta la empresaria, quien ve cómo han cambiado algunos de sus clientes.Por citar un ejemplo, algunos grupos de amigos que acudían en el pasado lo hacen ahora con sus hijos pequeños.

Además del Carnaval, Maestro comenta que el vestuario original también llama la atención en otros meses del año. Es reclamado para eventos privados, para recreaciones de época en los pueblos de la provincia, para mercadillos medievales y en Navidad. Por último, también están en auge las bodas temáticas y no son pocos los que acuden hasta este negocio para vestirse. «Sale más barato que un traje de una boda normal», concluye.

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