El sector agrícola español está atravesando por un mal momento económico. A los efectos de escasez de mano de obra que existe en las zonas rurales y la falta de relevo generacional se une también no solo los elevados costes provocados por la inflación, que han ido encareciendo la producción, sino también una época de gran sequía que ha diezmado sus cosechas.
Los sindicatos agrarios denuncian que, por ejemplo, la última campaña del sector primario ha sido la que mayores costes ha registrado de toda la historia debido al encarecimiento de semillas, fertilizantes, maquinaria, carburantes, mano de obra e impuestos y, sin embargo, es la que menos producción y beneficios se han obtenido.
En este contexto, los agricultores que cultivan los olivares españoles llevan meses anunciando problemas de producción y suministro en el aceite de oliva. En primer lugar, por las materias primas que se han disparado en los dos últimos años en más de un 300% y ha disminuido la rentabilidad de las campañas. En segundo lugar, por la dura sequía que asola el campo y recorta las cosechas que no alcanzan el 40% de un año normal en un escenario que se va repitiendo ya por dos años consecutivos.
Todo ello, está provocando que el valor del aceite de oliva haya cogido la tabla y se haya multiplicado ya por dos y con una previsión de que pronto lo haga por tres e, incluso, por cuatro hasta llegar a los 20 euros el litro del virgen extra.
Así, según constata el índice de precios de origen y destino publicado por la organización agraria COAG en agosto del pasado 2022 el valor medio del producto de mayor calidad y más cotizado en el supermercado era de 5,57 euros por kilogramo.
Según el INE, el oro líquido verde se ha encarecido en España un 38,8% respecto al año pasado, aunque en el caso del aceite virgen extra, el de mayor calidad, ha llegado a aumentar su precio más de un 227% en el último año.
Además, según la OCU, solo entre julio y agosto se ha incrementado un 15,4% y la pregunta es ¿hasta dónde va a subir? Tanto el de oliva virgen extra, como el resto de refinados se han convertido en un gran problema para los consumidores.
Los lineales de los supermercados anuncian ofertas con precios que oscilan entre los 8,7 y los 11,95 euros del mismo aceite que hace dos años se situaba entre los 3,75 y los cinco euros, lo que para muchos se ha convertido en un producto de lujo y se han visto obligados a buscar alternativas que no resultan ni baratas ni tampoco saludables.
Desde el sector oleícola insisten que la falta de agua es la responsable de esta situación que redujo la producción en unas 660.000 toneladas la pasada campaña.
Además, la previsión de los olivareros es que la cosecha de este año sea igual de baja o menor si no llueve, por lo que si el producto escasea su cotización seguirán al alza
Los productores niegan que se esté especulando. No obstante, no ocultan que puede que en alguna parte de la cadena se esté intentando hacer el agosto, pero la realidad es que el aceite de oliva escasea.
Guerra de precios
La imparable subida del coste del aceite de oliva ha desatado una guerra de precios, vía promociones, en algunas cadenas de supermercados españolas, que están ofreciendo el virgen extra por debajo de los 9,4 euros el litro. Algunas, están siendo especialmente agresivas y ofrecen garrafas de cinco litros por 29,95 euros, a seis euros el litro, y así un sinfín de contraofertas, según denuncian las asociaciones de consumidores que no ven una clara solución a este asunto.
Y un fenómeno similar ocurre en la compra de aceite de oliva por internet, donde la demanda se ha disparado un 207% en los siete primeros meses del año en España.