Los ópticos-optometristas urgen incorporarse al Sacyl

Sonia López Montes
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CooCyL reivindica la inclusión de su colectivo en la sanidad pública de la región para reducir las listas de espera que han aumentado un 63% respecto al año pasado en la comunidad

Imagen de la óptica Ocai en Palencia - Foto: Sara Muniosguren

El Colegio de Ópticos Optometristas de Castilla y León (CooCyL) continúa luchando para incorporar su colectivo en la sanidad pública con la intención de ofrecer una atención de calidad y reducir las listas de espera a las que están sometidas los servicios de oftalmología. La intención de los ópticos optometristas es paticipar junto a los oftalmólogos en los centros de salud para ofrecer una consulta especializada. Si ambos profesionales llegaran a colaborar, los pacientes pasarían por el óptico, que les realizaría un examen para comprobar su salud visual y después, si fuera necesario se les derivaría a un oftalmólogo, afirman.

Los ópticos de Palencia esperan que Castilla y León adopte pronto esta medida ya que una de las principales ventajas de su inclusión sería la reducción de la carga asistencial en el servicio de Oftalmología del hospital Río Carrión. Según datos del Gobierno regional, la lista de espera ascendía a fecha del 31 de marzo a 52.296 personas, un 63% más que el año anterior.  

En la provincia de Palencia, 47 colegiados ejercen esta actividad en 27 establecimientos de la capital. «Si esta propuesta se aplicara en los centros de salud y hospitales habría muchos pacientes que no necesitarían pasar por el oftalmólogo porque nosotros ya habríamos hecho una criba», comenta Héctor Diez Mocha, representante del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León de Palencia.

A pesar de sus reiteraciones, las reivindicaciones del CooCyL llevan años sobre la mesa. «Creemos que es algo necesario, además, sabemos que está funcionando muy bien en centros de salud y hospitales de otras comunidades autónomas como País Vasco, Madrid, Comunidad Valenciana, Baleares, Aragón, Cataluña, La Rioja, Navarra, Murcia y Andalucía», señala.

Diez recuerda que actualmente «muchas personas acuden a establecimientos privados para comprobar su visión». Sin embargo, si los ópticos estuvieran integrados en el Sacyl el procedimiento de diagnóstico para los pacientes sería, según él, «como un modelo de filtración».  

Con la colaboración entre ambos profesionales, los pacientes serían revisados previamente por un óptico. «Valoraríamos primero susalud visual y comprobaríamos si su problema se puede resolver con gafas o no». Una vez examinado cada caso, «habría dos caminos. Se podría prescribir al paciente una graduación y darle unas gafas para lejos o para cerca, o por el contrario, si viéramos que hay algo que se sale fuera de las mediciones que llevamos a cabo, le derivaríamos a oftalmología». A través de este procedimiento explica que «no todos los pacientes serían derivados a oftalmología y podrían ser previamente tratados por un óptico». 

Los ópticos optometristas  son profesionales sanitarios que tienen la capacidad de «medir la agudeza visual, la necesidad de que alguien lleve gafas o no y comprobar que no haya asociada ninguna patología». Por ello, Diez considera que con su formación son capaces de «distinguir que casos se pueden derivar a oftalmología y cuales son simplemente un problema que se resuelva con una graduación».

La forma más sencilla de derivar en los centros de salud y hospitales «sería a través de exámenes de la vista. De esta forma habría muchos pacientes que no tendrían que ver al oftalmólogo porque nosotros ya habríamos hecho una criba», asegura. «Muchas personas necesitan gafas, sobre todo se diagnostica mucho la presbicia o vista cansada pero no por eso tienen una patología asociada», señala. 

A pesar de que Castilla y León fue la primera comunidad autónoma de España, junto a Navarra, que en 2004 reconoció la categoría profesional sanitaria del óptico-optometrista, su inclusión en el Sacyl sigue siendo un asunto por resolver.