Ave María insiste en controlar la plaga de ratas en la Acequia

Sonia López Montes
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Los alrededores están plagados de matorrales, restos de obras y un pozo que es peligroso si se pasa por encima

Los vecinos se quejan de las ratas que se esconden bajo el puente de los Suspiros - Foto: Óscar Navarro

Ave María es un barrio en continuo crecimiento. Cada vez más chalets llenan sus calles y nuevas familias se mudan a sus nuevos hogares. Sin embargo, el barrio tiene aún muchas reformas pendientes. 

La mayor queja de los vecinos se debe a la proliferación de ratas por algunas zonas del barrio. En concreto, aseguran haber visto ratas que proceden del puente de los Suspiros y por el solar que se sitúa entre las calles Margareto y Astudillo. «Hace unos cinco años se lo dijimos al Ayuntamiento, pero todavía seguimos igual», comenta Cesáreo Frechilla, presidente de la asociación vecinal del barrio Ave María. Las ratas, explicó, «vienen del puente de los Suspiros. Hay un hueco debajo en el que se meten y por la noche salen». Frechilla menciona que en una ocasión «han llegado a meterse en una casa por la ventana». 

Sin embargo, a pesar de que en la zona se están construyendo muchas viviendas y es un barrio muy frecuentado, el Ayuntamiento no ha tomado medidas. «Dicen que no pueden echar veneno por los niños, pero no han hecho nada para arreglarlo», comenta. Además,  los solares de la zona «están llenos de matorrales y restos de obras y hay un pozo que esta tapiado, pero sigue siendo peligroso si se pasa por encima», advierte.

Los vecinos se quejan de las ratas que se esconden bajo el puente de los SuspirosLos vecinos se quejan de las ratas que se esconden bajo el puente de los Suspiros - Foto: Óscar NavarroEl parque del paseo del Otero es otra de las reclamaciones más frecuentes. El problema principal es el estado de la madera «Los padres se quejan de que sus hijos se clavan las astillas», comenta Frechilla. La asociación de vecinos ha pedido al Ayuntamiento que se arregle este parque, y sin embargo, «todavía no han hecho nada». La madera astillada no es la única preocupación. Las raíces de los árboles son también un obstáculo para los niños que se tropiezan con ellas. 

Además, la zona verde del parque «no está cuidada, deberían plantar césped». «Esperemos que ahora que ha entrado la nueva alcaldesa, que ha visto como está, decida arreglarlo», señala. Asimismo, cerca del parque se encuentra una zona deportiva muy frecuentada por los jóvenes. «Se ha roto la red de las pistas de futbol y en las de tenis, las vallas están estropeadas», añade. 

En la calle de Clara Campoamor la tapia de la obra del congreso es de chapa, y supone según el presidente «un grave peligro». «Hace tiempo que pedí que quitaran la valla y cercasen la obra, pero les ha dado igual», asegura. Para explicar la gravedad de la situación, el presidente pone un ejemplo: «Un día que hubo mucho aire, se despegó la chapa y estuvo a  punto de dañar a un hombre que iba por la acera». 

Aunque la chapa se desprendió, el Ayuntamiento la puso como estaba, pero no la eliminó. «No la quieren quitar y sigue siendo un problema», lamenta Frechilla. Para arreglar la situación, el presidente propone una solución: «Habría que quitar gran parte de la chapa y tapiar al lado de la obra». Y añade que ante el mal estado de la zona, «deberían limpiar el área y dejar que se vea la chimenea».

La plaza Don Pelayo es una de las zonas en las que se piden más reformas. «Falta un montón de hierba, las zonas ajardinadas están fatal». Ante la falta de verde, el presidente cree que es necesario «poner tierra y sembrarla. Son labores que no requieren mucho trabajo». Sin embargo, en algunos espacios de la plaza, la hierba crece sin control. «Como saben que aquí casi no hay hierba, tardan mucho en venir a cortar la que hay», apunta. Las raíces levantan las aceras y provocan caídas. Además, en la plaza algunos vecinos se han quejado de la iluminación. «Hace falta que quiten las ramas de muchas farolas para que den luz», incide. El presidente lamenta el estado de la zona que «está hecha una verdadera pena».

En la calle Santo Toribio hay bancos que «están pegados a la carretera y la gente no se sienta». Para solucionarlo Frechilla propuso hace años «quitarlos y ponerlos en la acera de en frente». Pero el problema de los bancos se extiende a todo el barrio. «Hacen falta en muchos sitios», indica. Entre las quejas más comunes de los vecinos se critica el mal estado de las carreteras. «Hay algunas con muy mal asfalto como la calle Astudillo. Tiene unos baches terribles y hay otras calles que están igual», argumenta. Además, el presidente comenta que hay «alcantarillas muy hundidas en los pasos de peatones y la gente se cae». 

Los árboles son otro inconveniente en varias zonas del barrio. «Hay  algunos que sueltan líquido por sus hojas y a la gente que está sentada en los bancos les pone perdida», añade. «Algunos están inclinados y pueden caerse encima de alguien», concluye.