Una de las grandes tradiciones de la ciudad regresará durante estas fiestas. La cripta volverá a abastecer a los palentinos su agua con fines curativos -como asegura la tradición- igual que lo ha estado haciendo durante siglos.

La llegada de la pandemia, los informes desafvorables por parte del Servicio Territorial de Sanidad y las inundaciones fueron las causas que privaron a los palentinos los años anteriores de poder cumplir con la tradición arraigada en la capital y que se llevaba a cabo cada 2 de septiembre, día del patronoSan Antolín, tras la celebración de la eucaristía.

El año anterior, el reparto de agua bendecida por el obispo palentino, Manuel Herrero, tuvo lugar en el claustro del gran templo diocesano.