El verano se 'bebe' un billón de litros de los embalses

P.V.
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Los pantanos de la cuenca del Duero cierran los meses estivales con uno de los menores consumos de agua de los últimos 20 años, unas cifras que solo fueron inferiores durante las fuertes sequías de 2017 y 2018

Imagen del embalse de Barrios de Luna en la provincia de León, a menos de la mitad de su capacidad a mediados de agosto de este año. - Foto: Peio García (Ical)

La modernización de muchas hectáreas de regadío de la Comunidad, la concienciación de los propios agricultores sobre la necesidad de ahorrar agua, pero principalmente los dos episodios de precipitaciones registrados en junio y septiembre, han permitido alejar las malas previsiones para la campaña de riego de este año y que los embalses de la cuenca del Duero cierren el verano con uno de los menores consumos de las dos últimas décadas. Los meses estivales se han 'bebido' más de un billón de litros (1.064 hectómetros cúbicos, en concreto) de agua de los pantanos, una cifra que solo fue inferior durante la fuerte sequía que asoló la región en 2017, cuando se consumieron 920,2 hm³, y en 2018 con 948,6 hm³, según los datos del histórico de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

El mismo organismo reconoce que la climatología favorable de final del verano no ha podido suponer un aumento de las reservas de los embalses, como es de esperar en esta época del año, «pero sí han supuesto una reducción drástica de las necesidades de aportación desde los mismos». Es decir, que finalmente ha sido necesaria menos agua de la prevista inicialmente para, por ejemplo, el riego de los cultivos. Incluso hay comunidades de regantes, como la de Barrios de Luna en León, que decidieron «cerrar el grifo» el 3 de septiembre gracias a esas lluvias de septiembre.

Los embalses de la cuenca del Duero gestionados por la CHD –no se incluyen los destinados a la producción eléctrica–, que son aquellos que se utilizan principalmente al regadío y de los que beben la mayor parte de las provincias de la Comunidad, llegan al principio del otoño con un 31,6% del volumen embalsado, según los datos facilitados por la CHD a 29 de septiembre. Esto supone un valor superior al de hace un año (28,8%) y ocho puntos porcentuales por debajo de la media de la década (39,4%) La cuenca ha sufrido de nuevo «un año seco, de forma generalizada, si bien con efectos desiguales en cada uno de los sistemas», como afirman las mismas fuentes.

Por sistemas

Los últimos datos facilitados por la CHD señalan que el embalse de Villameca finaliza el año hidrológico con un 20,5% de su capacidad, 14 puntos más que hace un año; y el de Barrios de Luna también se encuentra en una marcada mejor situación que hace un año, con el doble de reserva que en aquel momento. En la provincia de León, los embalses del sistema Esla (Riaño y Porma) se encuentran con unos niveles de reserva sustancialmente inferiores a los habituales (26,6 y 27%, respectivamente), mientras que el sistema Carrión y el sistema Pisuerga, en Palencia, han podido finalizar el año con el 20,7 y un 14,8%, respectivamente.

El embalse de Cuerda del Pozo (Alto Duero) mejora su situación con respecto a hace un año, aunque se mantiene alejado de los valores habituales. Por su parte, el sistema Arlanza se encuentra en una peor situación respecto al año pasado, con un 50,5% y los sistemas Riaza y Adaja finalizan el año hidrológico con valores muy similares a los del año pasado y a los medios. Asimismo, el sistema Tormes termina con un volumen de embalse apreciable, el 46,1% de su capacidad. Los embalses del Águeda, por su parte, presentan una situación más favorable que la habitual.

El presidente de la Asociación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Duero (Ferduero), Ángel González Quintanilla, valoró que el año hidrológico había sido «bastante mejor de lo que se pensaba inicialmente». «Hemos terminado con una campaña tirando a buena, a excepción del Pisuerga-Bajo Duero donde tuvieron que sembrar menos», dijo.