Ilia Galán

Ilia Galán


Tradiciones festivas

21/08/2023

La fiesta es fundamental en los pueblos que, día tras día, trabajan, y no solo como descanso sino también como desahogo. Muchos momentos festivos están ligados a la recolección de los frutos de la tierra, después de meses de cuidados; también a lo sagrado, a lo más importante, como sucede en Carrión de los Condes con San Zoilo, cuya estatua ahora bailan los jóvenes mientras la portan, o en el Palio de Siena, en la Asunción. Fuimos invitados por las maravillosas Bruna y Ángela a visitar el museo de la noble contrada (barrio) de la Oca, donde nos enseñaron la capilla dedicada a Santa Catalina de Siena, con la pañoleta, los estandartes de la victoria en la gran carrera que en la plaza se hace al día siguiente y el caballo que iba a correr, en una cuadra de lujo custodiada por un fiel vigilante. Los miembros de ese barrio, el que más palios ha vencido, preparaban las flores y la cena a la que gentilmente nos invitarían, en la plaza de Fortebranda, bajo la iglesia de Santo Domingo. Allí cantaban unidos, las calles cercanas iluminadas por preciosas lámparas y llenas de preciosas banderas, los himnos como se hacía desde hacía siglos. El caballo de la Oca, ese animal sagrado para los romanos, venció, pero ya no entraría, como era tradicional, en la catedral. Los caballos suelen ser bendecidos en la capilla de cada barrio y el vencedor entraba con la gran familia, miles, del barrio victorioso. Ya no: los animalistas se quejaban del riesgo de un resbalón en las marmóreas escaleras y querían evitarlo. Podrían ponerles unos botines de goma para evitarlo, pero cada vez más se nos prohíbe lo que las costumbres de siglos nos permitieron. Una nueva inquisición «buenista» se extiende y hay quienes quisieran eliminar hasta los símbolos religiosos, aunque muchos los quieren sin creer en ellos, como ya hay incluso de otros credos que participan en nuestra Semana Santa... Borrar las hermosas tradiciones, artes tejidas durante siglos, puede llevar a borrarnos y convertir en un erial nuestro mundo cotidiano. Por eso muchos esperan con ansiedad las fiestas y nos celebramos en ellas. ¡Viva la Oca, viva San Zoilo!