La reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ley mordaza, ha decaído este martes en el Congreso al no lograr el respaldo de la mayoría de la Comisión de Interior, donde ERC y EH Bildu han votado en contra al considerar que la propuesta mantiene intacto el núcleo más lesivo de la norma actual.
Los 18 votos de PSOE, Unidas Podemos y PNV no han sido suficientes para sacar adelante el dictamen de la reforma y, por tanto, que sea remitida a pleno, pues ERC y EH Bildu han sumado sus dos noes a los 17 del bloque de diputados del PP, Vox, Ciudadanos, UPN (Grupo Mixto) y Junts (Grupo Plural), partido que participó en las negociaciones pero que anunció hace semanas su vota en contra.
De esta forma, la reforma de la ley mordaza se frustra nuevamente -ya lo hizo en 2019 por la convocatoria de elecciones-, aunque esta vez el acuerdo no ha sido posible al no lograr el Gobierno y sus socios de investidura llegar a un consenso en los cuatro puntos que desde el inicio han marcado las discrepancias: material antidisturbios, faltas de respeto a la autoridad, la desobediencia y resistencia y devoluciones en caliente.
ERC y EH Bildu tumban la reforma de la 'ley mordaza' - Foto: EFE/Román RíosUn "harakiri" parlamentario
Ya lo habían anunciado, pero este martes lo han vuelto a reiterar. ERC y EH Bildu no estaban dispuestos a que se traspasaran las "líneas rojas" que desde el principio habían marcado. Así que ha anunciado su voto en contra no sin cierta tristeza, sobre todo por el número de horas gastadas en innumerables reuniones que, a la postre, no han dado sus frutos.
Así, María Carvalho de ERC ha lamentado que tras casi dos años de debates, alrededor de 50 reuniones y un "ingente" trabajo -"uno de los más largos de la democracia", ha dicho-, el resultado final, dejaba "casi intacto el corpus" de la norma aprobada con el Gobierno del PP en 2015 y que la izquierda quería derogar.
"Hoy se escenifica la pérdida de una oportunidad histórica para que el PSOE pudiera demostrar que no es lo mismo que el PP", ha apostillado.
Un "harakiri parlamentario". De este modo ha definido el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu el fracaso de la reforma, que también ha achacado a los socialistas por no querer llegar a la comisión con un acuerdo previo.
"No podemos hacernos responsables de una ley que permita a un agente sancionar a su libre albedrío, que se utilicen pelotas de goma y que se produzcan devoluciones en caliente", ha zanjado el diputado de EH Bildu antes de concluir: "Seguiremos abogando por derogar la ley mordaza del señor Rajoy por ser un ataque a los derechos y libertades de la ciudadanía".
PSOE ve en el rechazo un interés electoral
A ellos les ha respondido el portavoz socialista, David Serrada, que aunque ha dejado claro que hoy no era el día de "buscar culpables", ha acusado a sus socios de investidura de querer impedir la mejora de los derechos y libertades de los ciudadanos e, incluso, ha insinuado que detrás de la postura de los independentistas hay un interés electoralista.
También ha tenido palabras para el PP, al que ha recordado que aprobó una ley en 2015 para "amordazar" al conjunto de la sociedad "porque tenían miedo a la opinión pública".
Enrique Santiago, de Unidas Podemos, secretario general del PCE y uno de los diputados más involucrados en los trabajos y más optimista, ha apelado a ERC y a EH Bildu a seguir trabajando" y ha insistido en que los grupos de izquierdas tienen "al alcance de la mano acabar" con la ley. De no hacerlo, ha vaticinado, sería "un drama".
Desde el PNV, impulsor de la iniciativa de reforma, su portavoz, Mikel Legarda, ha lamentado la "oportunidad perdida" con más del 50 por ciento de la norma vigente "mejorada".
"No siempre el cartero llama dos veces", ha advertido Legarda, antes de reprochar a EH Bildu y Junts que durante la negociación no hayan presentado enmiendas sobre algunos de los puntos que finalmente han provocado el fracaso de una nueva ley.
PP: se pasará de la patada en la puerta a la patada al policía
Mientras, la diputada del PP Ana Vázquez ha censurado la iniciativa y ha insistido en que si se aprobara, supondría "cambiar los grilletes de las manos de los delincuentes a las manos de las fuerzas de seguridad, que "es lo que quieren" EH Bildu y ERC.
Y ha concluido: "Si se pliegan a esta subasta de enmiendas (las transaccionales que habían firmado ERC y EH Bildu), ustedes del PSOE pasarán a la historia por pasar de la ley de la patada en la puerta a la ley de la patada al policía".
"Esta reforma no busca otra cosa de desproteger a la sociedad y dejarnos indefensos frente a quienes desprecian el orden público", ha defendido, por su parte, el portavoz de Vox Javier Ortega Smith, que ha prometido que su partido impulsará una modificación de la ley vigente para hacerla "más fuerte".
Por Ciudadanos, Edmundo Bal ha asegurado que lo peor que ha hecho el PSOE es "no molestarse si quiera" en negociar con los grupos de la posición "con sentido de Estado", lo que demuestra "un despropósito notable" por parte de los socialistas que han acudido a ERC y EH Bildu para regular la función de las fuerzas de seguridad.
Desde las filas de Junts Josep Pagès ha zanjado: "Estamos ante una mordaza light, pero en realidad es la misma, con la misma orientación autoritarista, una ley de sanción y no de derechos". "No vamos a permitir que en suelo catalán la Policía Nacional y la Guardia Civil continúen reventándonos los ojos", ha concluido.