Espadas en alto en Las Cabañas de Castilla

Rubén Abad
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Dieciocho combatientes miden sus fuerzas en el Torneo de Behetría Vía Aquitania · El Festival de la Ladra reúne a tres solistas «de vanguardia»

Espadas en alto en Las Cabañas de Castilla

Como si del mismísimo Medievo se tratara, la localidad de Las Cabañas de Castilla sacó a relucir ayer las armaduras, la cota de malla, los sayos, las protecciones y los ropajes propios de aquella época pretérita con motivo de la celebración de una fiesta que se ha convertido ya en todo un reclamo turístico para esta pequeña pedanía osornense. Nos referimos a la Jornada Medieval, que en su tercera edición da un paso más hacia la profesionalización con el I Torneo de Behetría Vía Aquitania (antes se ceñía a una exhibición) con 500 euros en premios.

En ella participaron un total de 18 combatientes cargados de valor. Bajo un sol de justicia y rodeados de numeroso público llegado desde diferentes rincones de la provincia, 18 luchadores procedentes de Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha midieron sus fuerzas con idénticas reglas a sus antecesores medievales en una serie de rondas eliminatorias, a cada cual más espectacular, en tres modalidades distintas: asta, espada y broquel y espada mano y media.

Combates que se prolongaron en sus diferentes rondas a lo largo de toda la jornada (las finales, después de comer) sobre un palenque habilitado para tal fin en la campa del castillo, lo que confirió al torneo un escenario natural digno de película de Hollywood. «El objetivo es crear un torneo nacional e ir cogiendo nombre», afirmaron los promotores de esta cita única en la provincia y una de las pocas de su género en Castilla y León.

Detrás de este espectacular combate se encuentra el recientemente constituido Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) Canal de Castilla Sirgas Peregrinas, que tiene entre sus fines «visibilizar este pequeño rincón de Tierra de Campos y el Ramal Norte del Canal», indicó su flamante presidente Luis González.

Más allá del propio torneo, se celebró un desfile al que se invitó a participar a los vecinos del entorno y que contó con la participación especial de Neftis Paloma, experta en danza de aquella época.

MÚSICA «DE RAÍZ»

Si por la mañana los torneos fueron el principal reclamo, por la tarde le llegó el turno a la música «de raíz». El I Festival de la Ladra (el sonido que emiten los corzos en celo) reunió a tres solistas «de vanguardia»: Alberto Acinas (director del ciclo, quien también expuso parte de su obra plástica), Fee Riga y Pablo und Destruktion. Estos dos últimos contaron con el acompañamiento musical de Dolfo Montes.

Todo ello se completó con una jornada gastronómica a cargo de RuralChef (Víctor Carranza), que elaboró un cocido lebaniego para hacer un guiño al camino del mismo nombre y al Año Santo de la Cruz.