Navegar por el Canal de Castilla en la propia ciudad vuelve a ser posible, un verano más, gracias a la puesta en funcionamiento de las embarcaciones turísticas que surcarán sus aguas hasta el 15 de septiembre. Un servicio que se estrenó ayer con el objetivo de poner en valor este rincón verde de la capital, que el nuevo equipo de Gobierno quiere potenciar para captar a los viajeros que se decanten por escapadas a las provincias españolas de interior.
El viaje tiene una duración de 45 minutos, tiempo en el que además de las maravillosas vistas que tendrá a su alcance conocerá la historia, curiosidades, evolución y declive de esta gran obra de ingeniería civil de la Ilustración. El servicio funcionará los martes de 17 a 19 horas y de miércoles a domingo de 11 a 14 y de 17 a 20 horas. El precio por barca es de 18,15 euros, independientemente del número de personas que suban a bordo, con un límite de cinco plazas.
Para los que prefieren algo más de aventura, también hay a disposición de los turistas paddel surf y piraguas dobles. Para estas dos actividades se ha reservado los miércoles y jueves, de 11 a 14 y de 17 a 20 horas. En los tres casos, las reservas pueden realizarse a través del teléfono 661 70 80 81.
Esta actividad turística (en marcha desde 2021) es la punta del iceberg de los proyectos que tiene sobre la mesa el nuevo equipo de Gobierno para esta zona. La regidora, Miriam Andrés, se refirió a infraestructuras ya existentes como la nave abandonada junto a la Dársena. «Tenemos que plantear el arreglo y convertirla en un espacio gastronómico», advirtió la alcaldesa, quien añadió que ya se están dando los primeros pasos para estudiar el contrato mercantil existente.
A renglón seguido se refirió al segundo muelle (muy deteriorado) y reivindicó una mayor limpieza y mantenimiento para que la experiencia resulte aún más gratificante.
Por su parte, el concejal de Turismo, Francisco Fernández, destacó este espacio natural que forma parte del «triángulo de oro del ocio, el esparcimiento y la vida saludable» junto al monte El Viejo y el río Carrión. En paralelo, defendió un «turismo diferente» basado en estos recursos endógenos.