7 estancos de pueblos pequeños cerraron en el último lustro

Ismael Martín
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La pandemia y una mayor concienciación social aceleran el descenso de las ventas de tabaco, de un 7 por ciento desde 2018

7 estancos de pueblos pequeños cerraron en el último lustro - Foto: Óscar Navarro

El consumo de tabaco en 2022 se caracterizó por una estabilización al mantenerse en cifras similares a las de 2021. «Ahora mismo nos estamos manteniendo, pero teniendo en cuenta la bajada que se produjo en años anteriores. Desde 2018 ha bajado un siete por ciento la venta con un descenso proporcional del número de fumadores», señala Beatriz Fernández Antolín, presidenta de la Asociación de Estanqueros de Palencia, a la que pertenecen 60 establecimientos. «En los últimos cinco años han cerrado varios estancos, en concreto siete, la mayoría de ellos en pueblos pequeños», lamenta. 

A falta de los datos oficiales del último trimestre del año, según el Comisionado para el Mercado de Tabacos, organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, en la provincia se vendieron hasta septiembre 15,4 millones de cigarrillos, puros, tabaco de liar y pipa, por un valor de 32,8 millones de euros. En el mismo período del pasado año se vendieron 32,4 millones de euros en estos productos y 15,7 millones de unidades. «Fue a raíz de la pandemia en 2020 cuando se produjo el descenso, aunque un poco antes del coronavirus ya había empezado a reducirse su consumo progresivamente. Al covid se unen una mayor concienciación social y las campañas informativas», explica, para añadir que la gente en vez de fumarse tres cigarrillos se fuma uno. 

Con la intención de conseguir un país sin humos, el Gobierno tiene prevista una nueva ley antitabaco que, a juicio de la presidenta de la asociación, «es muy restrictiva». «Hay que entender que nosotros hemos acatado muchas prohibiciones que nos han puesto, pero llevarlo al extremo es coartar las libertades de la gente. A nivel de negocio nos afectaría bastante. Por ejemplo, cuando se ha dejado de fumar en las terrazas hubo una reducción del consumo de tabaco», admite.

Fernández regenta un estanco en la avenida Derechos Humanos en el que ha notado que un cierto porcentaje de fumadores del cigarrillo convencional se ha pasado a la picadura. «Puede influir el tema económico pues con un paquete de tabaco da más de sí para la picadura de liar», reconoce. Asimismo, el uso de vapeadores está en claro auge. «He notado un incremento de estos dispositivos desde unos meses antes de verano. Se venden bastantes al día, sobre todo de cara al fin de semana. De todas formas, creo que va por modas; el pasado año destacó la cachimba», indica. 

 La presidenta de la asociación destaca que el aumento del consumo de vapeadores no está relacionado con un descenso del tabaco, pues «la gente no deja el cigarrillo, sino que lo complementa con este tipo de dispositivos». Respecto al perfil de los consumidores de vapeadores, «hay personas que lo están utilizando sin nicotina con el propósito de dejar de fumar, mientras que hay otros que lo utilizan porque está de moda, estos últimos sobre todo jóvenes de entre 18 y 25 años», comenta. En este punto, Fernández resalta que «no se debería vender estos dispositivos a menores de edad. Los estancos tenemos terminantemente prohibida la venta de tabaco a menores de edad y lo mismo hacemos en el caso de los vapeadores». 

variedad. El éxito de los llamados cigarrillos electrónicos, según Fernández, radica en que «son productos muy fáciles de usar y tienen muy buenos sabores». Un vaper desechable es básicamente un bolígrafo relleno de una sustancia, que es glicerina con un alcohol, y tiene una batería de litio. Esa batería calienta ese líquido que lleva dentro y se produce un vapor que es lo que se inhala. «Hay distintos cigarrillos electrónicos, algunos con nicotina y otros sin ella».

Los vapeadores tienen variedad de sabores como plátano, fruta, mentolado, tabaco, etc. Del mismo modo, los hay de varios tamaños y caladas. «La diferencia entre unos dispositivos u otros se halla en función de las caladas que tengan. Los hay desde 500 caladas hasta las que uno quiera, incluso hasta 3.000 caladas. Hay gran variedad en el mercado», explica. También hay varios formatos según los miliamperios de las baterías. Dependiendo de la capacidad de la batería que lleve el vaper se quema mejor o peor el líquido. También los hay con varios tipos de cantidad de nicotina, desde cero hasta 18 miligramos.

El consumo de vapeadores es foco de discusión acerca de si resulta perjudicial o no para la salud de las personas. «Desde mi punto de vista resulta menos perjudicial que el tabaco tradicional, aunque hay estudios y opiniones de expertos de todo tipo», subraya.