La residencia de Barruelo de Santullán reabre sus puertas

Rubén Abad
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Santa Bárbara luce un aspecto totalmente renovado y un 20% más de plazas, hasta las 34. Dispone de amplias habitaciones y luminosas zonas comunes

La residencia de Barruelo de Santullán reabre sus puertas

La residencia de mayores Santa Bárbara de Barruelo de Santullán   recupera la normalidad este fin de semana con el ingreso de diez de los usuarios que hace ahora 16 meses, el 19 de diciembre de 2019, abandonaron a la fuerza unas instalaciones que quedaron completamente anegadas y seriamente dañadas por el temporal Elsa.


Un regreso que se ha demorado más de lo esperado y que, lamentablemente, no ha conseguido reunir a los 19 usuarios que aquella fatídica noche tuvieron que ser trasladados de urgencia a centros de Aguilar de Campoo, Guardo y Salinas de Pisuerga. Y es que, desgraciadamente, nueve han perdido la vida en este tiempo, uno de ellos a causa de la Covid-19, según la información facilitada por el Ayuntamiento de la villa minera. 


«Lamento que no hayan podido volver todos los que marcharon, tal y como les prometí, puesto que muchos, desgraciadamente han fallecido. Va a ser una de las cuestiones que más me pesen en mi vida personal y profesional, puesto que no he sido capaz de poder traerles antes a todos. Pido perdón por ello, a los que vuelven, y a las familias de los que ya no están», subraya el alcalde, Cristian Delgado, que se sigue emocionando al recordar un suceso que los barruelanos tardarán en borrar de su memoria.


La reapertura ha sido posible tras un importante desembolso superior a 1,2 millones de euros que han asumido la Junta de Castilla y León (un millón en la construcción del nuevo edificio, que quedó totalmente inservible), la Diputación a través de Planes Provinciales, el Ayuntamiento (ha asumido un sobrecoste que ronda los 60.000 euros) y la Junta Vecinal, que se ha involucrado de lleno, amén de la empresa adjudicataria de las instalaciones a través del seguro que esta tenía suscrito.


MÁS PLAZAS

Así, se ha actuado en las zonas que dañaron las aguas del río Rubagón, se ha rematado el tejado y se ha urbanizado el entorno de la residencia. ¿El resultado?Un complejo funcional, diáfano y moderno que pasa de las 20 a las 34 plazas y que cuenta «con todas las comodidades para los internos», subraya Delgado: amplias habitaciones y luminosos espacios comunes con muebles a estrenar «que más bien parecen un hotel que una residencia».«Nuestros mayores se lo merecen después de esta larga espera», apunta el regidor, quien enumera otros servicios como la sala de enfermería o la de terapia ocupacional.


Una vez instalados los antiguos residentes que regresan y los nuevos ingresos que se vayan produciendo en las próximas fechas, Delgado invitará a las autoridades a visitar el resultado de una obra que se ha ejecutado, conjuntamente, «en pro de la calidad asistencial de nuestros mayores». Un acto para el que aún no hay fecha, y que dependerá de la evolución epidemiológica.

 

Un infierno llamado Elsa

La noche del 19 de diciembre de 2019 fue una auténtica pesadilla para los usuarios de la residencia de mayores Santa Bárbara, en Barruelo de Santullán. Un infierno en forma de inundaciones históricas que confirmó las peores sospechas de los vecinos de la comarca, que llevaban días mirando de reojo el cauce de los ríos, bastante crecidos desde hace horas.


La situación fue empeorando progresivamente, de tal manera que el delegado territorial de la Junta, José Antonio Rubio, declaró la fase de emergencia del Inuncyl por inundaciones en su nivel 1, el más bajo de los que contempla la administración autonómica. Y es que los efectos de la borrasca fueron tan graves que a última hora de la noche eran muchos los vecinos que estaban achicando agua en localidades como Salinas, mientras que en Barruelo tuvieron que afrontar uno de los episodios más trágicos de los últimos años, el ya citado desalojo de la residencia.


Allí el panorama era desolador cuando bajó el nivel del agua: barro en cada rincón, enseres que había arrastrado la corriente y muebles totalmente inservibles.