Ellos sólo quieren agradar, jugar y formar parte de un grupo. Así se refiere Carlos Prieto, cabo primero del Ejército de Tierra, a los perros de rastreo con los que trabaja. Porque los cánidos juegan cuando en realidad trabajan por la seguridad de todos.

Ese fue uno de los puntos que abordaron en un curso que CSI·F Palencia ha organizado durante esta semana con agentes de las Fuerzas de Seguridad. De Palencia y de otras provincias. «Hemos logrado que fuera un curso homologado por el Ministerio», explicaba orgulloso Benjamín Castro, presidente del sindicato en Palencia. De ahí el interés allende las fronteras provinciales.

Carlos Prieto manifestó que los 25 alumnos (fueron más los que solicitaron tomar parte en el mismo) son personas que «tienen en sus planes comenzar a trabajar con perros de rastreo. En este curso se abordó la búsqueda de sustancias, bien drogas o elementos explosivos. «Cada perro está especializado. Las dobles especializaciones en esto no funcionan. Además, tenemos que saber qué ha encontrado el perro. ¿Es hachís o es goma-2?», analizó el instructor de las jornadas.

Prieto matizó que «el trabajo, la instrucción y el entrenamiento es en conjunto: el instructor y el perro. Lo comienzan al tiempo. A veces uno de los dos no llega a finalizarlo, porque no vale. El perro debe sentir que el guía está a gusto, contento con él» .

Ayer, para finalizar el curso se llevó a cabo una demostración en El Salón en el que los alumnos comprobaron cómo se hace in situ un control, tanto de personas como de vehículos. «Es una pena que nadie del Ayuntamiento, pese a estar invitados, haya venido. Es una pena, porque deben darse cuenta de que en Palencia deberíamos tener este servicio para no depender de otras ciudades», indicaron desde CSI·F.